Mauricio Choussy, analista económico y expresidente del Banco Central de Reserva (BCR), advirtió ayer que si no se aplica un ajuste fiscal este 2020 a través de los gastos, en 2021 o 2022 se tendrán que ordenar las finanzas públicas de forma “forzada” con los organismos internacionales vía impuestos.
“Si no hacemos el ajuste fiscal en 2020 y lo hacemos por el lado del gasto, en el 2021 o en el 2022 vamos a tener que hacer el ajuste ya no en forma voluntaria sino forzado por los organismos y las condiciones internacionales. Allí el ajuste ya no va a poder ser por el gasto sino que va a tener que ser por el lado de los impuestos”, manifestó durante la entrevista Frente a Frente, de Telecorporación Salvadoreña (TCS).
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha solicitado en repetidas ocasiones aplicar un ajuste fiscal para reducir el peso de la deuda pública. En su última visita a El Salvador, en noviembre de 2019, el organismo reiteró su receta de un ajuste de 2 % del Producto Interno Bruto (PIB) para 2021.
En ese momento, el FMI indicó que los excedentes primarios (la diferencia entre el gasto y recaudación de impuestos) alcanzarán el 1.2 % del PIB entre 2020 y 2021. Sin embargo, esos resultados no serían suficientes para compensar el alto gasto en el pago de los intereses por el servicio de la deuda “en ausencia de un ajuste considerable concentrado al comienzo del período”.
Uno de los mayores compromisos del Gobierno es honrar cada año el pago los compromisos de deuda, tanto que para 2020 se presupuestaron $1,102 millones. Esta cifra es superior a los $752.85 millones asignado al rubro de Salud e incluso supera el presupuesto de Educación de $1,039.2 millones.
Los datos del BCR indican que, entre enero y noviembre pasado, el Gobierno tuvo que honrar $922.48 millones en intereses, cifra ya superior a los $924.21 millones que pagó al término de 2018.
Choussy indicó que los organismos internacionales “han estado encendiendo las luces amarillas” sobre en qué áreas se debe aplicar un ajuste en las finanzas a modo de “recomendación”. Sin embargo, advirtió el economista, cuando las cifras “no son buenas” los mercados “son muy duros” porque los gobiernos no tienen margen de pedir préstamos. “Llega un momento en el que a los países ya no les prestan (los inversionistas), y para que les presten tienen que ir al Fondo Monetario que es el único que está dispuesto”, explicó.
El economista enfatizó que “cuanto antes” El Salvador logre hacer sostenible sus finanzas “más rápido veremos detonarse la inversión”, que requiere certidumbre sobre si el Gobierno está o no “haciendo lo que tiene que hacer”.
“Si no hacemos ajustes ya, vamos a tener que hacer ajustes obligados cuando las cifras fiscales se deterioren, cuando el país tenga niveles de endeudamiento mucho más altos, y cuando las condiciones financieras internacionales cambien; en este momento El Salvador puede colocar los bonos que quiera”, indicó.