El tanque de pensamiento publicó este lunes un análisis económico sobre las necesidades de financiamiento para cumplir el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), que forma parte de la agenda 2030 de las Naciones Unidas.
Citando un informe del Banco de Desarrollo Interamericano (BID) de 2017, Fusades destacó que la inversión en el sector educación en El Salvador representó ese año el 3.9 % del Producto Interno Bruto (PIB), inferior al promedio de América Latina, que es 5 %.
En ese contexto, Fusades elaboró tres escenarios para ilustrar la magnitud de las necesidades de financiamiento de El Salvador para cumplir el cuarto ODS en los próximos 10 años.
Para esto la institución tomó de referencia las estadísticas oficiales del Gobierno central y enfatizó en la necesidad de actualizarlas para tener una medición más precisa.
La inversión requerida
La institución calculó, en un primer escenario, que de mantener la actual inversión por estudiante y la tasa neta de cobertura, los recursos destinados a educación experimentarán una reducción, pasando de 3.8 % del PIB en 2018 a un 3.2 % en 2030. Esto respondería, argumentó Fusades, a que la población en edad escolar disminuiría.
En el segundo escenario, la Fundación explora la tendencia de financiamiento si el Gobierno se propone alcanzar el 100 % de cobertura de manera “acelerada” para todos los niveles educativos, desde la básica hasta la universitaria.
Fusades encontró en este ejercicio que se necesitará incrementar la asignación presupuestaria en 0.45 % del PIB cada año, hasta llegar a 5.7 % del Producto Bruto en 2025 y eso significará una inversión de $2,000 millones para los próximos seis años.
Mientras tanto, en el tercer escenario se consideró un incremento de la cobertura universal “más gradual” hasta 2030 y se calculó que cada año el país necesitará un refuerzo presupuestario de 0.28 % del PIB, hasta alcanzar el 5.1 % en la próxima década.
“Los escenarios determinan que, para alcanzar la cobertura universal, en función del año fijado para alcanzar la meta, existe la necesidad de destinar recursos adicionales hasta alcanzar entre 5.7 % y 5.1 % del PIB”, señaló Fusades en su informe.
¿Hay dinero?
Dotar de más financiamiento a las carteras de Estado enfocadas en educación para alcanzar los ODS “no es inalcanzable o ilusorio”, aseguró Fusades, pero necesitará de una situación de finanzas públicas sólidas y sostenibles.
Hacer un incremento en la asignación de recursos sin “ningún cambio” en las cuentas del Estado “empeoraría” la situación fiscal del país, advirtió.
Para el tanque de pensamiento, fortalecer las finanzas se vuelve elemental si se considera que, de no realizar un ajuste, el pago de los intereses por el servicio de la deuda pública superará el gasto en educación en 2020.
“Este viraje con ahorro en intereses muestra otro sendero, que abre posibilidades y permitiría que los esfuerzos sí se traduzcan en aumentar la inversión en educación. Si es la apuesta que la sociedad opta por realizar”, concluyó la institución en su reporte.