En 1961, los surcoreanos tenían un ingreso per cápita de $72 anuales. Eran incluso más pobres que sus vecinos norcoreanos, subsidiados ampliamente por los soviéticos y chinos. Hoy la renta percápita surcoreana es de $36,500, unas 40 veces más grande que los norcoreanos que viven bajo una dictadura comunista, mientras el sur se desarrolla bajo una vibrante democracia.
A la llegada al poder de Park Chung-Hee en 1961, creó tres organismos para supervisar el desarrollo económico: el Consejo de Planificación Económica, el Ministerio de Comercio e Industria, y el Ministerio de Finanzas. Fomentó la inversión extranjera y los históricos conglomerados familiares surcoreanos.
Entonces la economía surcoreana pasó de ser dependiente de la agricultura -más del 45 % del producto interno bruto- a menos del 4 % actualmente.
Hoy Corea del Sur es la onceava economía mundial y el sexto mayor exportador del mundo. Sus productos pueden encontrarse en casi cada hogar del mundo, desde teléfonos celulares y televisores Samsung o lavadoras LG, hasta vehículos Kia y Hyundai que se ven en las calles de San Salvador.
En poco más de 50 años, el valor de las exportaciones surcoreanas se ha multiplicado por más de tres mil.
En los años 60, cuatro de cada diez surcoreanos era analfabeta. Hoy el desarrollo tecnológico es tan elevado que cuando los norcoreanos se desertan al sur, pasan mucho trabajo para adaptarse a los avances educativos.
Corea del Sur es un caso único de nación subdesarrollada y receptora de ayuda internacional, a un importante cooperante.
Posicionamiento
El liderazgo mundial surcoreano los ha llevado a celebrar los Juegos Olímpicos en 1988, así como la Copa mundial de Fútbol en 2002, junto a Japón. En 2018, en la ciudad surcoreana de Pyeongchang, se celebrarán los Juegos Olímpicos de Invierno.