Cada trimestre, el Banco Central anuncia el comportamiento económico de los tres meses anteriores y presenta su proyección de cómo el Producto Interno Bruto (PIB), que mide la producción de bienes y servicios, cerraría en el año. En conferencia de prensa, Carlos Federico Paredes, el nuevo presidente de la institución, informó ayer que la economía salvadoreña creció 2 % entre abril y julio pasado.
Este comportamiento provino del aporte de las exportaciones, la expansión del consumo privado y la inversión, que, aseguró el BCR, contrarrestaron el incremento de importaciones. La industria de la construcción lideró el crecimiento económico con un dinamismo del 7.7 %, seguido de servicios financieros con una tasa de 5.5 %, y alojamiento y comida por 5.3 %.
La tasa de crecimiento del segundo trimestre de 2019 es inferior en siete décimas al comportamiento mostrado en el mismo período de 2018, cuando el PIB logró un 2.7 %.
Es además la segunda ocasión que muestra desaceleramiento en el transcurso de 2019; en el primer trimestre creció 2.1 %, luego de venir de una tasa de 2.2 % de los últimos seis meses del año pasado.
El presidente del BCR aseguró que en el comportamiento de 2018 influyó la implementación del Plan 10, que lanzó el anterior Gobierno para los últimos 10 meses de su administración. Sin embargo, tras perder las elecciones presidenciales de febrero, aseguró Paredes, se cae el dinamismo de la ejecución y eso afectó en una menor tasa de crecimiento.
El BCR también revisó al alza el dinamismo del primer trimestre, anunciado en junio pasado por 1.8 %. La institución indicó que “hay aspectos metodológicos” que no permiten considerar ciertas variables y anunció que el PIB avanzó 2.1 %, tres décimas adicionales a la previsión inicial.
Mantiene previsión
Pese al desaceleramiento de la economía mundial, el BCR mantiene su perspectiva de un crecimiento para 2019 por una tasa de 2.3 %.
La institución ha recortado en dos ocaciones sus previsiones de crecimiento para 2019. En marzo la redujo a un 2.4 % de un 2.6 % anunciado en diciembre de 2018 y en junio pasado la volvió a bajar a un 2.3 %.
“Mantenemos nuestra proyección, pero con cautela”, aseguró Paredes, quien no descarta que el PIB nacional se vea afectado por una mayor desaceleración de la economía mundial, la guerra comercial empujada por Estados Unidos y China, así como las tensiones geopolíticas.
A nivel interno, sumó Paredes, los potenciales riesgos que podrían afectar se fundamentan en la falta de consensos políticos sobre pensiones y la aprobación del presupuesto, el costo en la economía por el clima de inseguridad, y la vulnerabilidad entre los desastres naturales.