El gobierno de Estados Unidos anunció el martes que comenzó a definir una lista por valor de $200.000 millones en productos chinos a los que impondrá aranceles posiblemente a partir de septiembre, en un nuevo paso del enfrentamiento comercial con el gigante asiático.

La oficina del Representante Estadounidense de Comercio informó que podrá tomar unos dos meses dar los últimos retoques a la lista, y a partir de ese punto el presidente Donald Trump estará en condiciones de ordenar la imposición de nuevos aranceles.

La semana pasada, Estados Unidos había adoptado aranceles de 25% sobre unos 34.000 millones de dólares en importaciones de productos chinos, iniciativa que motivó una represalia inmediata y equivalente por parte de Pekín.

Este martes, el representante de Comercio, Robert Lighthizer, afirmó que el anuncio de la preparación de la nueva lista de sanciones es una respuesta a la represalia china.

Según Lighthizer, las medidas de represalias chinas se adoptaron "sin base legal o justificativa".

Como consecuencia de esa represalia, Trump "ordenó que se inicie el proceso de imponer aranceles de 10% a un adicional de 200.000 millones de importaciones chinas", apuntó Lighthizer en una nota oficial.

De acuerdo con el funcionario, la determinación de Trump es "una respuesta apropiada" para frenar las "dañinas políticas industriales" del gigante asiático.

Las dos mayores economías del mundo libran un conflicto que un alto funcionario chino definió como "la mayor guerra comercial de la historia".

Ya la semana pasada fuentes del gobierno estadounidense habían mencionado la posibilidad de una lista adicional de 200.000 millones en bienes chinos a ser tarifados, y el anuncio de este martes confirma la perspectiva de agravamiento de la guerra comercial.

Washington acusa a China de haberse apropiado de patentes de tecnología ya sea a través de las obligaciones a las empresas estadounidenses para operar en el mercado chino o simplemente mediante el robo.

El año pasado, el déficit comercial de Estados Unidos con China alcanzó los 372.200 millones de dólares, una cifra que desató la ira de Trump.