En contraste, según la investigación, el año pasado solo un 6 % de la muestra había detenido sus planes de inversión, significa un crecimiento de 19 puntos porcentuales para este 2020.
El incremento en dicho indicador es un síntoma del deterioro en el clima de inversión a consecuencia de la pandemia del covid-19 y de las dinámicas de la política interna que incluye desencuentros entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, además de un creciente ambiente electoral de cara a los comicios legislativos y municipales de 2021.
Este año, un 14 % de los encuestados sostiene que evalúa el desarrollo de inversiones, contra un 19 % en 2019, mientras que el grupo de los que está en ejecución pasó de un 18 % a solo 11 % este 2020.
Se necesita impulsar acuerdos nacionales entre todos los actores del sector público, productivo y académico para definir un plan nacional de reconstrucción poscovid”.
Pedro Argumedo,
Economista, investigador senior de Fusades.
“El clima de inversión cayó a mínimos históricos en el segundo trimestre (-71.7 %), los empresarios entrevistados han señalado que ese deterioro se explica por el covid-19 que representó el 92 %, señalaron que esto había afectado sus actividades económicas, pero otros factores fueron el conflicto entre el Ejecutivo, la Asamblea y la Corte Suprema, en 85 %, también la campaña electoral fue mencionada por el 75 % y por primera vez nos mencionaron la política económica del Gobierno y la corrupción, con 60 %”, explicó Pedro Argumedo, investigador senior del Departamento de Estudios Económicos de Fusades.
El economista destacó que el 25 % debería ser un foco de atención del Gobierno central y municipalidades, con el objetivo de buscar la forma para reactivar los proyectos que se han quedado detenidos por la pandemia.
Argumedo enfatizó que es clave promover el reinicio de estos proyectos para que la actividad económica comience a subir porque se trata de obras que ya estaban en marcha.
La encuesta de Fusades recalca que para el segundo trimestre se “desinfla” la valoración positiva inicial que los empresarios habían otorgado a la administración de Nayib Bukele sobre las políticas económicas y sociales, ya que estas vuelven a ser negativas mientras que las de seguridad se mantienen en positivo.
A partir de la apertura de la economía la actividad ha tomado un giro favorable. Si bien continuamos en condiciones negativas estas se vienen estrechando”.
Manuel Zuleta,
Economista, investigador de Fusades.
“Se ve que hay una recuperación de la política social, pero se desinfla en dos trimestres hasta caer en terreno negativo, la misma situación ocurre en la política económica que estaba más deteriorada y tiene una recuperación de parte del empresario, pero esta se derrumba en el segundo trimestre a -11.2 %”, indicó el economista.
Actividad detenida
La pandemia ha supuesto un golpe fuerte para la actividad económica, la cual se agravó por un lento proceso de reactivación si se compara con la de otros países centroamericanos.
De acuerdo con datos de la Secretaría del Consejo Monetario Centroamericano (SCMCA), el Índice de Volumen de la Actividad Económica (IVAE) de El Salvador registró una contracción del -14.3 %, en tanto que la de Honduras cayó en -12.4 %, la de Guatemala y Costa Rica en -7.7%; mientras que los datos oficiales de Nicaragua reportan una caída de -2.1 %.
Fusades destaca que la reapertura económica -que inició el 16 de junio de 2020– ha provocado un impacto positivo en la actividad productiva y anticipa que “ya que se detuvo la veloz caída y parece que la economía toca fondo”.
De acuerdo con el indicador de Ventas Mensual que elabora el tanque de pensamiento, el indicador bajó a -59.1 en agosto y tiende a recuperarse del -86.3 registrado en mayo.
Se añade también que las exportaciones (a julio de 2019) alcanzaron los $465.1 millones, contra los $220.7 millones exportados en el quinto mes del año.