En 1961, Corea del Sur era una nación más pobre que la inmensa mayoría de sus vecinos asiáticos o que cualquier nación centroamericana. Sus aldeas carecían de electricidad, carreteras asfaltadas o los servicios básicos de agua potable o aguas negras.

La nación entera estaba en ruinas. El país había sufrido la ocupación japonesa desde 1905, sufrido los embates de la Segunda Guerra Mundial que provocaron la división de la gran nación coreana, en una nación comunista al norte y un país capitalista al sur, una fractura que desembocó en la guerra de Corea, que fue el primer campo de batalla que enfrentó militarmente a China y la Unión Soviética de un lado -apoyando a los norcoreanos- y a Estados Unidos respaldando a los surcoreanos.

La guerra duró tres años y dejó unos dos millones de muertos y cientos de miles de desaparecidos, y una tensa separación que dura hasta nuestros días.

En 1961, asumió el poder Park Chung-Hee, un militar que gobernó por 18 años el país y que sentó las bases de lo que hoy se conoce como el “milagro económico” de Corea del Sur.

Y aunque Park estableció planes quinquenales que favorecieron las inversiones, el desarrollo industrial y energético, la construcción de autopistas, la reforestación del país y la inversión en educación y capacitación tecnológica, una idea más sencilla hizo llegar el milagro económico hasta las últimas comunidades pobres del país: el movimiento Saemaul.

“Hace 60 años, Corea era uno de los países más pobres del mundo, pudimos superarlo con el movimiento Saemaul. Es una historia de éxito que ha creado la Corea de hoy”, explicaba la actual presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, en un discurso el mes pasado en la ciudad surcoreana de Pyeongchang, donde ese movimiento realizó un foro mundial donde El Salvador estuvo invitado.

“Cuando casi nadie imaginaba que el país volvería a ponerse en pie, el Movimiento Saemaul, con su espíritu de ‘podemos lograrlo’, ayudó al país a recobrarse”, subrayaba la mandataria.

El “Movimiento Saemaul”, o movimiento de una nueva comunidad, fue iniciado por primera vez en los años 70 precisamente por el padre de la presidenta, Park Chung-hee, fallecido en 1979.

El movimiento destaca la importancia de la diligencia, autoayuda y cooperación.

Pero todo empezó en las aldeas más necesitadas de Corea del Sur. Promovían la autoayuda y colaboración en la comunidad, que construyen su propia infraestructura gracias a los materiales que les proporciona el gobierno central. Al inicio eran materiales de construcción, pero luego fue asistencia técnica agrícola, asistencia financiera y el modelo ha emergido como un modelo de Naciones Unidas para combatir la pobreza en la comunidad internacional.

Park dijo que el movimiento, que destaca la importancia de la diligencia, autoayuda y cooperación, ha emergido actualmente como una campaña mundial para combatir la pobreza en la comunidad internacional.

 

Proyecto mundial

El Movimiento Saemaul inició para combatir el hambre y la pobreza en Corea del Sur, dando solución exitosa en cada comunidad. Era un movimiento para lograr una vida mejor; en su nueva etapa se expandió por todas partes del mundo.

“Los proyectos del movimiento Saemaul funcionan en todos los países porque la esencia es que la gente trabaja voluntariamente para cambiar y mejorar sus vidas. Es el compromiso y el espíritu de la gente lo que mueve todo”, explicaba Yun-sim Hong, ministro de interior de Corea del Sur.

Yun describe el movimiento como “un paradigma de desarrollo rural” y recuerda la sentencia del general estadounidense, Douglas McArtur, quien tras la guerra de Corea advirtió que tomaría cien años reconstruir ese país.

“Cuando empezamos no teníamos país y esto demostró que pudimos triunfar. El movimiento puede tener éxito en cualquier país”, subrayó.

Sarah Poole, subdirectora del Programa de Naciones para el Desarrollo (PNUD), quien estuvo presente en el foro mundial del Movimiento Saemaul, lo describía como uno “que cambió a Corea en una generación”.

“Es una asociación exitosa público privada, un modelo para Naciones Unidas”, afirmaba Poole.

El foro mundial invitó a 700 líderes del Movimiento Saemaul de 48 países, para prestar apoyo a su lucha contra la pobreza y para el desarrollo económico sostenible.

Los programas de auto ayuda están diseñados para cada país, según su realidad y sus necesidades.

Historias de éxito desde Bolivia hasta Uganda, desde Vietnam a Tanzania, pudieron escucharse en el foro global al que asistió el ministro salvadoreño de Agricultura y Ganadería, Orestes Ortez.

Ortez explicó que el gobierno salvadoreño busca ampliar la cooperación coreana al país y por ello ha invitado al ministro del interior del país asiático para visitar El Salvador en diciembre próximo.

De América Latina asistieron también representantes de Honduras, Guatemala, Panamá, Paraguay y República Dominicana. También había representantes de Asia, Africa y Oceanía, en una amalgama cultural similar a una asamblea general de Naciones Unidas.

 

Cambiando casi 400 aldeas en el mundo

El Movimiento Saemaul o Movimiento de la Nueva Comunidad ha trabajado en 396 aldeas en 26 países de África, Asia, Oceanía y América Latina.

Corea del Sur ha transmitido conocimientos a 52 países y, da capacitaciones para líderes de 99 naciones, incluyendo El Salvador.

Seúl ha ofrecido en total, entrenamiento a siete mil 400 personas.

Se define como un mo-vimiento de desarrollo a las comunidades rurales bajo los principios de diligencia, autoayuda y cooperación.



49.1 Millones

De habitantes tiene Corea del Sur. Casi el 27 % de los cuales son menores de 24.



36,500 Dólares

Es el ingreso per cápita de Corea del Sur. En 1961, era solo de $72.



700 Representantes

De 49 países, incluyendo El Salvador, participaron en el foro mundial del Movimiento Saemaul.