El Salvador ha perdido seis escalones desde que Moody’s le otorgó el grado de inversión en 1997, y para recuperar una posición estable tendría que emprender una reforma estructural que permita un mayor crecimiento económico, reducir el déficit fiscal y colocar la deuda en una trayectoria sostenible, indicó ayer Moody’s.

Sin embargo, Ariane Ortiz-Bollin, analista de la agencia, advirtió que este es un escenario “que no vemos factible en los próximos cinco años”.

La analista indicó que “es posible que también se tenga que dar una reforma de pensiones importante para que nosotros consideremos una subida a grado de inversión, pero es un escenario que no vemos factible en los próximo cinco o seis años”, insistió.

Aunque el acuerdo alcanzado la semana pasada es importante, la agencia no prevé cambiar sustancialmente la calificación que otorgó al país, y la mantendrán en “B3” con perspectiva negativa.

A lo sumo, dijo Ortiz-Bollin,“si hubiera un acuerdo que nos da cierta certeza de que los riesgos de liquidez se van a reducir en el mediano plazo, esa perspectiva se regresaría a estable”.

También consideró como un avance la aprobación de la Ley de Responsabilidad Fiscal, pero cuestionó que aún no se haya definido cómo se implementarán las medidas para cumplir con esta normativa.