El Salvador, a través del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), abogó ante los líderes mundiales del sector cafetero priorizar la crisis de la industria y advirtió que de no encontrar soluciones, se verán “obligados a tomar medidas” en alternativas de comercialización.
La Organización Internacional del Café (OIC) celebra esta semana el primer foro de ejecutivos y dirigentes mundiales del sector cafetero, en la ciudad de Londres, Reino Unido. El titular del MAG, Pablo Anliker, asistió en representación de El Salvador y en calidad de presidente pro témpore del Programa Cooperativo Regional para el Desarrollo Tecnológico y la Modernización de la Caficultura (Promecafé), una red conformada por 10 países productores.
“Exigimos a la OIC priorizar la crisis de los precios del café”, manifestó Anliker ante la comunidad internacional. “De no encontrar respuestas y soluciones inmediatas en la OIC, los productores del mundo nos veremos obligados a tomar medidas propias en defensa de nuestras poblaciones y a la búsqueda de nuevas alternativas de comercialización”, agregó.
“Al César hay que darle lo que es del César. Me parece que ha sido una intervención buenísima, el hecho de pedir a las organizaciones internacionales y a las trasnacionales un precio justo”, reaccionó Omar Flores, presidente de la Asociación Cafetalera Salvadoreña (Acafesal).
El evento de la OIC se enmarca en la crisis de los precios, ocasionada por un exceso de oferta en el mercado internacional y que empuja a una reducción en los valores de referencia cotizados en el contrato C, por donde se vende el café nacional.
El Salvador es miembro de la OIC, la organización que reúne a los países productores, y cada mes elabora el precio indicativo al que se coloca el café en la Bolsa de Valores de Nueva York, Estados Unidos. La entidad reporta que la libra se posicionó en $0.96 en agosto pasado, manteniéndose así en los niveles más bajos de los últimos 13 años.
Para Ricardo Esmahan, director ejecutivo de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores (Abecafé), el mayor problema es el exceso de oferta en el mercado por 4.96 millones de sacos (unos 1.34 millones de quintales), según dato de la OIC, frente a un incremento en el consumo mundial cuando “los compradores van a base de la especulación”, porque “este es un negocio a final de cuenta”.
“Es difícil que se cambie el mecanismo del contrato C, a menos que los principales actores mundiales de producción del café, - Brasil, Vietnam, Colombia y Honduras-, se pongan de acuerdo y digan que van a dejar de vender para nivelar la oferta”, indicó el ejecutivo.