La escasez de agua y tierra en El Salvador constituye una desventaja para atraer Inversión Extranjera Directa (IED), señala un estudio de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), publicado ayer.

El informe “¿Cómo reactivar las inversiones en El Salvador?” evalúa las desventajas y ventajas competitivas de El Salvador que influyen en su atractivo como destino para las inversiones de empresas internacionales, en comparación con el resto de Centroamérica.

Fusades tomó como referencia los fundamentos propuestos por el economista estadounidense Michael Porter, quien considera que la competitividad se basa en el grado de sofisticación de las empresas, la estabilidad de las condiciones macroeconómicas y el clima de negocios que rodea a la industria.

Entre las desventajas competitivas encontradas por Fusades destaca la escasez del agua y de la tierra, las cuales se suman a la depredación de recursos naturales. El Índice del Entorno Ambiental (EPI, por su sigla en inglés) señala que El Salvador se enfrenta a un deterioro en la salud humana por la contaminación y en la protección de los sistemas naturales.

En la edición de 2018, el EPI ubicó a El Salvador en la posición 106 de 180 países evaluados por sus acciones para mejorar la salud ambiental –un factor que aumenta el crecimiento económico y prosperidad– y los efectos que la industrialización y la urbanización pueden tener en la vitalidad del ecosistema. Suiza ocupa la primera posición en el EPI.

El Salvador también encuentra obstáculos para atraer más inversión por los altos niveles de crimen y violencia. A ello se suma la alta polarización política y la pérdida de capital humano por el incremento de migración.

 

Ventajas

Fusades señaló que El Salvador puede volverse atractivo para las empresas que buscan invertir fuera de su país de origen al ofrecer un costo de mano de obra más bajo. Además, contar con el dólar facilita los intercambios y se evita el riesgo de devaluación de la moneda.

Respecto a Centroamérica, Fusades añadió que el incremento en el tráfico de pasajeros, superado solo por Panamá, y las bajas tarifas de electricidad son áreas que podrían ser aprovechadas en mayor magnitud.

“El Salvador tiene una ventaja competitiva para atraer inversión en industrias intensas en mano de obra y energía eléctrica, y en industrias de productos de alta intensidad de valor”, indicó la fundación.



Propuesta para aumentar IED

La visión en común y estratégica de El Salvador en el mediano y largo plazo, agregó Fusades, debería ser la colocación del país entre las 50 naciones más competitivas a nivel mundial.

Agregó que el país tendría que crear hasta 60,000 empleos anuales y lograr obtener $1,300 millones en IED. Además, debe fomentar la política de innovación y emprendimiento, y generar mano de obra con capacidad de hablar más de dos idiomas.

La unión aduanera entre Guatemala y Honduras, añadió, debería consolidarse en 2019 y lograr que los despachos aduaneros se solventen en cuatro horas.

 

En busca de empresas con visión social

Fusades enfatizó que el crecimiento de la IED debe acompañarse de empresas que se identifiquen con una visión de largo plazo del país y que, a su vez, generen retornos sociales positivos. Ejemplificó que se han reportado casos de empresas extranjeras que lograron una tasa de rentabilidad privada; sin embargo, algunas están asociadas con prostitución, destrucción de recursos naturales o violencia.

“Se trata de hacer una estrategia de atracción de inversión, que sea consistente con la estrategia del país, para que la IED apalanque esta estrategia”, agregó.

Una vez instalada una empresa, explicó, se debe retener a través del convencimiento que es rentable en El Salvador.