Los jóvenes representan la mayor parte de la población que busca un empleo. / DEM


El alto nivel de desempleo en El Salvador motiva a que las personas inicien un negocio propio, un tipo de emprendimiento que responde a un lógica de necesidad más que a ambiciones de generar productos únicos, consideró Samuel Salazar, director ejecutivo del Programa de Innovación Tecnológica (Proinnova), de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).

El vocero aseguró que en los últimos años ha aumentado el de apoyo a los emprendedores. Sin embargo, “se ha visto que el emprendimiento que ha surgido sigue siendo por necesidad, tiene que ver con todo el desempleo que El Salvador tiene y eso genera subempleo. Estamos en una suerte de generación de emprendimientos pocos productivos”, agregó.

Proinnova apoya diferentes iniciativas de la industria de alimentos y bebidas con asistencia tecnológica. Además, coordina cada año el desarrollo en El Salvador de la Semana Global de Emprendimiento.

Uno de los problemas para fortalecer el ecosistema emprendedor, consideró, es la falta de carreras o especialidades técnicas en educación de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por su sigla en inglés), pues la mayoría de universidades basan sus ofertas curriculares a la demanda de corto plazo.

Salazar indicó que se han generado más profesionales en servicios que aquellas carreras calificadas para elaborar productos. “En la educación de El Salvador hace falta el enfoque hacia las ciencias...Las universidades están tomando lecturas más mercantiles que desarrollo de largo plazo”, señaló.

Agregó que “desde la educación no hemos sido capaces de enseñarle a los niños temas de matemática o física, que les motiven, cuando llegan al nivel de tomar su profesión, inclinarse por las carreras de ingeniería o de ciencia”.

El acelerado aumento de las carreras humanísticas merma el desarrollo de los sectores productivos, al no contar con mano calificada en las nuevas competencias que demanda la evolución tecnológica, advirtió. Esta situación se refleja en pocas patente de marcas o productos.

En el último Índice Global de Innovación, de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), El Salvador fue el segundo de América Latina menos innovador en propiedad intelectual, investigación y desarrollo.

 

Más de 5,600 capacitados en 10 años

 

Este 2018, Proinnova celebrará 10 años de existencia. Durante esa década, se capacitaron a 5,619 personas de forma directa en los diferentes talleres que el programa ejecutó. Se realizaron foros, talleres, charlas y congresos, en los cuales se atendieron hasta 8,028 emprendedores.

A través del programa Agroinnova, en el último semestre se capacitaron a 752 personas en emprendimiento y se eligieron a Los tres mejores proyectos para asesoría técnica. Asimismo, se crearon espacios para que los emprendedores comercialicen y promocionen sus productos.