Esta estrategia busca “no dejar a nadie atrás” de los territorios con rezago en El Salvador, que por “historia han estado siempre con mayores índices de hambre, pobreza, de migración y afectación climática”, indicó Diego Recalde, representante de la FAO en el país.
Dicha iniciativa busca una coalición entre la cooperación internacional junto a la sociedad civil, el Gobierno central y municipal para desarrollar soluciones prácticas y así que “la política pública pueda bajar intersectorialmente a estos lugares y se tenga más impacto”.
La estrategia de la FAO se ejecuta en conjunto en Colombia, Guatemala, Honduras, República Dominicana y El Salvador, países en donde se identificaron 100 territorios vulnerables. La idea es construir una “visión colectiva” y articular el financiamiento focalizado en la veintena de municipios priorizados en el caso salvadoreño.
Los 24 municipios se distribuyen en mayor proporción en San Miguel, Ahuachapán, Morazán y Sonsonate.
La FAO seleccionó estos lugares por sus indicadores de inseguridad alimentaria, extrema pobreza -en algunas localidades supera el 70 %-, migración y degradación de suelos.
La agencia de Naciones Unidas trabajará con los gobiernos locales para fortalecer las competencias enmarcadas en “una agenda de cómo construimos una visión diferente del desarrollo territorial, de abajo para arriba, y cómo hacemos para que las políticas públicas bajen a estos territorios de manera intersectorial para que tengan impacto en la vida de las personas, se reduzca la pobreza y, por ende, el hambre”, indicó Recalde.
Reclima arrancaría en enero 2020
El representante de la FAO anunció que el proyecto de aumento de resiliencia climática en los agroecosistemas del corredor seco en El Salvador (Reclima) comenzará su ejecución en campo en enero de 2020.
Reclima es un proyecto financiado por el Fondo Verde para el Clima (FVC) con $38 millones, además de una contrapartida estatal de $91.8 millones del Gobierno salvadoreño y del Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (Fiaes).
Reclima se ejecutará en los 114 municipios situados en el corredor seco de El Salvador y pretende recuperar 17,000 hectáreas de ecosistemas degradados y aumentar la resiliencia en los sistemas productivos de 56,000 hectáreas.
“En cinco años va a estar recuperando los medios de vida, mejorando los paisajes forestales, los ecosistemas del agua, la posibilidad de que la gente se quede en sus lugares de origen, mediante acciones productivas que signifiquen salir de la pobreza”, indicó el vocero de FAO.