La meta es cerrar el compacto en septiembre de 2020 sin ningún centavo de por fuera, afirmó William Pleites, director ejecutivo de Fomilenio II, quien está seguro que “los riesgos más difíciles ya los pasamos” y el programa se encuentra “en la fase decisiva de la implementación”.
En los próximos 12 meses, Fomilenio II debe garantizar la mayor ejecución posible de los $365.20 millones que administra, compuestos por $277 millones donados por MCC, adscripta al Congreso estadounidense, más $88.2 millones de la contrapartida del Gobierno salvadoreño. Este financiamiento se enfoca en proyectos claves para el mejoramiento del clima de inversión, aumento de la productividad laboral y la reducción de costos de transporte y logística.
La meta para el cierre de 2019 es dejar $355.01 millones comprometidos, de los cuales $273.41 millones corresponden a la donación de MCC y $81.6 millones se derivan de la contrapartida estatal. En desembolsos, mientras tanto, la proyección es dejar $191.37 millones pagados, $168.57 millones de la corporación y $22.8 millones del Gobierno salvadoreño.
“Es un año donde hay que tener una vigilancia permanente porque cualquier obstáculo, si no se gestiona apropiadamente, podría ser fatal para la implementación”, manifestó el ejecutivo.
En las oficinas de Fomilenio II “vivimos administrando riesgos”, pero “los más difíciles ya pasamos”, agregó. “En los proyectos donde tenemos menos tiempo, o menos holgura, sí estoy viendo un compromiso de los nuevos funcionarios”, sumó.
El programa se ha enfrentado a varios momentos polémicos y, en algunos casos, se puso en riesgo la cooperación de MCC, como pasó en 2017 con el retraso en la reforma al Fondo de Conservación Vial (Fovial) y que era clave para el financiamiento del componente de Infraestructura Logística.
En 2018, la Asamblea Legislativa volvió a demorarse en la aprobación de una reforma elemental para estructurar el primer Asocio Público Privado (APP) en El Salvador, enfocado en iluminar y colocar videovigilancia en 140 kilómetros de carreteras.
En el último trimestre del año pasado, los fondos para APP estuvieron en riesgo, una vez más, luego que la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA) buscara revertir el proyecto diseñado para la terminal de carga del Aeropuerto Internacional San Romero.
¿Cómo avanza el programa?
Los primeros años de Fomilenio II se destinaron para la elaboración y estructuración de los proyectos. “El punto más importante es cuando se produce el quiebre en el proceso de implementación de un convenio de esta naturaleza” y para el programa comenzó en octubre de 2018, aseguró el director.
La implementación de los fondos de MCC ronda los $10 y $12 millones por mes, agregó, y hasta septiembre se contempla un 86 % de la cooperación comprometida y un 45 % desembolsada.
Del financiamiento del Gobierno salvadoreño, los $88.2 millones, se tiene el 27.5 % comprometido y un 18.5 % desembolsado.
La elaboración de los asocios públicos privados ha sido uno de los principales desafíos del convenio, herramienta financiera que se consideró en el primer compacto pero que el Gobierno solicitó incluirla para Fomilenio II. La meta y compromiso de El Salvador es dejar la licitación de “al menos” dos APP al cierre del programa.
El primero lo lanzó CEPA para la terminal de carga del aerpuerto y las ofertas se abrirán en marzo de 2020. Pleites aseguró que “hemos identificado, en esta actividad en particular, un cambio radical con relaciones a la administración anterior”.
Fomilenio II se enfoca en reducir la pobreza
Pleites: la meta es que Fomilenio II sea una Herencia sólida
La meta y “el mayor éxito” del segundo compacto financiero por la Corporación Reto del Milenio (MCC) es volverse un referente y una herencia sólida de los programas de cooperación, indicó William Pleites, director ejecutivo de Fomilenio II.
El segundo compacto financiado por Estados Unidos se diseñó bajo un diagnóstico de identificación de los principales obstáculos en la economía de El Salvador. “Nosotros queremos ser vistos como un referente para una estrategia de inversión, empleo y crecimiento. Eso marcaría, no la diferencia con Fomilenio I, sino con cualquier otro proyecto de cooperación”, enfatizó el ejecutivo.