Tras un explosivo crecimiento de la economía entre enero y junio de 2021, el desempeño de rubros clave como industria, comercio y construcción tuvieron en octubre caídas que en algunos casos llegaron a terreno negativo.

Pedro Argumedo, economista e investigador de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), destacó que en general el desempeño de la economía tiene un comportamiento “tipo campana”, de alto desempeño en el primer semestre de 2021, pero desgaste en el segundo.

Destacó que en el primer semestre la dinámica local se vio impulsada por una mayor demanda de Estados Unidos y un importante flujo de remesas desde ese país lo que ayudó a impulsar a la industria y el comercio.

“Ese comportamiento de campana que tuvimos se vio fortalecido por la política expansiva de EE.UU. ese fue un gran motor de la economía global y nos durara el primer semestre de 2022”, dijo Argumedo esta mañana en Frente a Frente de la Telecorporación Salvadoreña.

El análisis de Fusades de una desaceleración se hace a partir del Índice de Volumen de la Actividad Económica (IVAE). Dicho indicador pasó de un desplome a -21.4 % en mayo de 2020 -durante la cuarentena para contener casos- hasta lograr una recuperación histórica del 28.9 % en mayo de 2021.



Argumedo explicó que el desempeño fue provocado, en parte, por el efecto rebote de la economía, pero advierte que este se agota ya que a octubre de 2021 este desempeño era del 4.4 %.
Nos llama la atención que la desaceleración es bastante rápida, pasar a 4.4 % en cinco meses nos dice que la economía va a un comportamiento de crecimiento bajo”, Pedro Argumedo, Economista e investigador de Fusades

En el contexto regional, El Salvador -medido por el IVAE- pasó de ser la segunda economía con un mayor crecimiento en mayo de 2021 (solo después de Panamá) a la penúltima en octubre.

Las primeras previsiones indican que la economía está preparándose para volver a su ritmo de bajo desempeño.

En detalle, Argumedo dijo que industria, comercio y construcción pasaron de un crecimiento vigoroso a una marcada desaceleración, llevando a dos de los sectores a terreno negativo en octubre.

El IVAE de la industria, por ejemplo, crecía en mayo a una tasa del 47.3 %, pero en octubre (último mes con datos oficiales disponibles) operaba en -1.3 %

En tanto, el comercio -que llegó a un 52.3 % en mayo- bajó su ritmo a 11.6 %, mientras que la construcción pasó de un desempeño del 59.8 % a -4.1 %.

Argumedo dijo que el panorama en el mediano plazo no es alentador y que sería, en parte, una de las razones para la reducción de la actividad.

El riesgo de impago en 2023, el deterioro de los bonos y un riesgo país -medido por el EMBI- en valores históricos generan cautela entre los inversionistas, mientras que los mercados están a la expectativa de que el Ejecutivo logre firmar este año un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que daría certidumbre sobre el rumbo de la economía.

El Banco Central de Reserva (BCR) estimó el año pasado que en 2021 el PIB salvadoreño crecerá un 10.3 % y algunas proyecciones indican que 2022 será de más del 4 %.