Las políticas migratorias de Donald Trump afectarán la economía, según Fusades. / DEM


La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), alertó ayer que las más recientes restricciones migratorias impuestas por Estados Unidos, se suman a los riesgos que enfrentará el país al cierre del año 2017, entre los que destacan además la crisis fiscal y el clima pre electoral.

Fusades presentó ayer su balance sobre el desempeño de la actividad económica al primer semestre de 2017, donde destacó los riesgos que correrá la economía al final del año, así como los signos de estancamiento en el crecimiento de la misma.

Pedro Argumedo, investigador del Departamento de Estudios Económicos de Fusades, afirmó que los riesgos a futuro en el entorno económico del país, se visualizan a través del clima pre electoral, crisis fiscal, el aumento en las tasas de interés internacionales y, sumado a esto, las restricciones migratorias.

Argumedo se refirió así a la reciente eliminación del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) por parte del presidente Donald Trump, y la incertidumbre generada por el destino del Estatus de Protección Temporal (TPS), permiso que expira a principios de 2018.

Citando datos del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, Fusades indicó que el mercado laboral estadounidense mejora de manera sostenida, con una tasa de desempleo de solo 5.1 %, lo que influye positivamente en el empleo hispano y estimula el envío de remesas familiares.

Fusades informó que durante el primer semestre de 2017, han llegado al país $278.6 millones en remesas, un aumento del 10.7 % con respecto al mismo período el año pasado, en el que se registró la entrada de $151.9 millones.

Argumedo advirtió que, “si bien ahorita tenemos efectos positivos por el flujo de remesas”, incentivado por los depósitos realizados por salvadoreños en el exterior, “esto se agota”, al invertirse o gastarse.

Según datos de la misma institución, las remesas representan el 1.0 % del Producto Interno Bruto (PIB) en el país, por lo que las restricciones migratorias y la deportación de salvadoreños que envían dinero al país, golpearía la economía de forma significativa.