Alcanzar un crecimiento económico suficiente para suplir la demanda de empleos y el manejo de la deuda pública sin comprometer el desarrollo del país serán los retos más grandes para la administración del presidente electo, Nayib Bukele, de acuerdo con el sector empresarial salvadoreño.
Representantes de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal), la Cámara de Comercio Americana en El Salvador (AmCham) y la Asociación Salvadoreña de Industriales, en compañía de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), participaron ayer en el conversatorio “El Salvador: situación actual y perspectivas 2020-2024”, organizado por la Asociación de Graduados de INCAE Business School (AGI) en El Salvador.
Analistas y empresarios coincidieron en que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) ha estado estancado en todo el quinquenio entre el 2.2 y 2.5 %, a pesar de las promesas del Presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, de llevarlo a 3 %.
“El Gobierno ha quedado corto en resolver el problema de la inseguridad, así como tampoco ha reactivado la economía y generado el número de empleos que los salvadoreños necesitan”, aseguró el presidente de la ANEP, Luis Cardenal.
No apoyan receta del FMI
El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) insistió ayer en la aplicación de un ajuste fiscal del 2 % del PIB entre 2019 y 2020, a través de medidas para aumentar los ingresos y reducir los gastos.
Estabilizar la deuda pública es, en efecto, uno de los retos más apremiantes del próximo Gobierno, aseguró el presidente de la ANEP, quien consideró, sin embargo, que “el FMI ve cifras y números y no necesariamente ve el sufrimiento que puede tener la población por las medidas que recomiendan”.
El director de Funde, Roberto Rubio, añadió que el país “necesita encontrar un punto intermedio y aplicar impuestos que no son recesivos”, como el predial.