Eduardo Poma, empresario y piloto salvadoreño, demostró su pasión por los aviones desde que era niño. In-gresó a la escuela de aviación en Estados Unidos cuando tenía 20 años de edad y se licenció como piloto . / Juan Carlos Villafranco


Eduardo Poma es un empresario y piloto salvadoreño que desde muy pequeño descubrió en la aviación una pasión difícil de ignorar, encontrando así su inspiración en sus dos mayores ejemplos en pilotaje, su padre y su hermano mayor.

Poma recuerda cómo su padre desde que era un niño le sentaba a su lado mientras pilotaba un avión. Le cedía el mando de la aeronave y, aunque estuviera en piloto automático, para Poma esos momentos representaron el inicio de lo que en el futuro se convertiría en una profesión.

Sin embargo, no fue hasta la edad de 20 años que Eduardo Poma logró licenciarse como piloto al viajar a Estados Unidos. Obtuvo una licencia privada, además de certificaciones en torno a una licencia bimotor, vuelo por instrumentos así como en hidroaviación.

Poma fue uno de los pioneros en pilotar en el Show Aéreo de Ilopango, que se celebra en el país desde 1997 luego de que el Club Aéreo de Ilopango decidiera llevar hasta el público general esta clase de eventos con el objetivo de impregnar la semilla de la aviación en los espectadores.

Eduardo Poma es pionero del Show Aéreo de Ilopango, pues de esa forma practica su profesión y siembra una semilla de la aviación en los espectadores. / Juan Carlos Villafranco


El empresario indicó que este evento, celebrado en enero desde hace 23 años, se ha convertido en “el show aéreo privado pagado más grande de toda Latinoamérica”, y en la actualidad atrae público de España, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Estados Unidos, y de toda Centroamérica.

Eduardo Poma recuerda una ocasión que mientras finalizaba su participación en uno de estos eventos, un joven se acercó y le expresó su agradecimiento porque debido a sus demostraciones aéreas, hechas años atrás, este hombre había decidido dedicarse a la aviación y se había convertido en un piloto certificado de aerolínea.

A sus 65 años de edad, Poma reconoce que la aviación es una profesión que se lleva en el ADN. Incluso, comentó, algunos de sus sobrinos también son amantes de la profesión y son pilotos certificados.

Gorra del Club Salvadoreño de Aviación Civil. El empresario fue pionero en institucionalizar el Show Aéreo en Ilopango, celebrado desde 1997. / Juan Carlos Villafranco


Obstáculos en la aviación

Eduardo Poma indicó que actualmente la aviación posee obstáculos que deben ser superados en El Salvador. Uno de esos inconvenientes, consideró, es la falta de mayor inversión en mejores talleres de aviones, pues muchos empresarios deben trasladarse hasta Guatemala para dar un buen mantenimiento a sus aeronaves.

De igual forma, indicó que las nuevas generaciones de pilotos se encuentran demasiado dependientes de la tecnología para ejecutar su función como pilotos.

Además, lo económico se ha convertido en “la piedra de tropiezo” para la formación de los aeronautas y se deberían impulsar más préstamos, “así como hay para poder estudiar cualquier otra carrera en una universidad”, para facilitar la educación de aquellas personas que sueñan con dedicarse a la aviación.