“No me han contado, yo viajo seguido al territorio. Donde ya tenemos arriba de 24 a 25 días de sequía, los daños son irreversibles, pero vamos a determinar a través del estudio cuál es la magnitud, área afectada, personas y estamos trabajando para dar una respuesta adecuada”, manifestó el funcionario.
La región oriental sufre una sequía severa desde el pasado 22 de junio. Hasta este martes, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) reportó 26 días secos en el norte de La Unión y Morazán, así como también en el suroeste de San Vicente y Usulután, todos en Oriente, así como el norte de Metapán, en Santa Ana, en Occidente.
Además, el MAG ha detectado afectaciones por la sequía en el sur de Zacatecoluca, La Paz, y una franja en Acajutla, Sonsonate. Sin embargo, la contabilidad del número de productores y manzanas de cultivo perdidas se conocerá hasta que los técnicos del MAG terminen una encuesta este fin de semana.
El Ministerio de Agricultura anunció que dispone de una reserva de 15,000 paquetes agrícolas de maíz que se distribuirán con los productores que sean afectados. Ortez indicó que la selección de los beneficiados se realizará “cuando terminemos de hacer la evaluación que se está realizando, inmediatamente vamos a anunciarlo”.
Las estadísticas del MAG indican que en la zona oriental se cultivan seis millones de quintales de maíz y representa el 30 % del total de la producción nacional. De esa cantidad, se estima que 2.04 millones (el 34 %) se siembran en primavera y los otros 3.9 millones (el 66 %) en la temporada postrera.
Asimismo, la semana pasada, el MAG informó que por acuerdo ejecutivo entre el Ministerio de Hacienda y el Ministerio de Economía se inició la gestión de un contingente de importación para que el sector privado adquiera 35,000 toneladas métricas del grano, libres de aranceles, que equivalen a 350,000 quintales ante un posible desvanecimiento del grano por los impactos de la sequía.
El Salvador sufrió una sequía en 1997 y 1998, otra en 2001 y luego de manera consecutiva desde 2012 a la fecha. A diferencia de los últimos cinco años, la ausencia de lluvia de este invierno no se debe a la presencia del fenómeno de El Niño sino a un enfriamiento del Océano Atlántico con un alza en las temperaturas del Pacífico. Esto genera vientos que limitan el desarrollo de precipitaciones.
Esta situación afecta en menor proporción a los productores con regadío, pero éstos son apenas 6,000 de un promedio de medio millón de agricultores a nivel nacional. “Esperamos que el clima vuelva a restablecerse en la última semana de julio”, añadió Ortez.