El 2020 finalizará como el año en que se sumergió la economía latinoamericana en su peor crisis económica de los últimos 100 años y se espera que en 2021 la región inicie un proceso de recuperación anclado a la incertidumbre de una vacuna y la capacidad fiscal de respuesta de cada país.
La región de América Latina y el Caribe se enfrenta a la peor recesión desde que se tiene registro, hace 120 años. El Banco Mundial prevé una contracción de hasta -7.2 % en 2020 superando así el -5.1 % de la recesión de 1913, el -5.2 % de la Gran Depresión de 1930 o a la crisis de la deuda latinoamericana a inicios de la década de 1980.
El sistema bancario se mantuvo en 2020 como uno de los pilares fundamentales durante el confinamiento, tal cual pasó en El Salvador donde financiaron al Gobierno para que pidiera cumplir sus obligaciones al inicio de la crisis e incluso compraron deuda para que el Ejecutivo pusiera a andar el fideicomiso para la recuperación económica.
En su reporte de bancos para Latinoamericana, la agencia vaticina América Latina enfrentará una “difícil recuperación económica posterior a 2021 lo que genera preocupación por el entorno operativo de los bancos”.
Advierte que la perspectiva es negativa porque el entorno operativo seguirá siendo débil y provocará dificultades en la calidad de activos y rentabilidad.
“Esperamos un deterioro de la calidad de los activos en los próximos 12 meses a medida que terminan los programas que otorgan un período de gracia y disminuye el apoyo fiscal de los gobiernos”, afirma Rodrigo Marimon Bernales, analista de Moody's.
Las condiciones operativas de los bancos de América Latina seguirán siendo adversas a pesar de una recuperación del PIB real proyectada para la región de 4.3 % en 2021 tras una contracción de -9.2 % en 2020”.
Rodrigo Marimon Bernales
Analista de Moody's
Para la agencia la rentabilidad se verá afectada por menores ganancias ante una continua compresión del margen de interés neto y la capacidad limitada para recortar gasto. Además, proyecta que se mantendrá un amplio nivel de liquidez mientras la política monetaria se mantenga favorable en toda la región y el crecimiento del crédito sea bajo.
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