Tres agencias de la ONU llaman a "reorientar" las ayudas públicas para la agricultura, de las cuales casi el 90 % tienen efectos medioambientales o sociales "dañinos", en un informe publicado el martes.

Titulado "Una oportunidad de varios miles de millones de dólares" y presentado por la FAO (agricultura y alimentación), el PNUD (desarrollo) y el PNUMA (medioambiente), el estudio busca activar "una toma de conciencia" de los gobiernos del mundo entero, a días de la cumbre mundial de sistemas alimentarios organizada por la ONU en Nueva York el 23 de septiembre.

Según este informe, este apoyo a los agricultores en todo el mundo asciende a un monto de unos $540,000 millones (unos 456,100 millones de euros) al año. De estos, unos $470,000 millones --o sea, el 87 %-- provocan "distorsiones de los precios y son perjudiciales para el medioambiente y a nivel social", según el documento.

En particular, destaca la sustentabilidad de los precios ($294,000 millones por año) a través de los aranceles aduaneros, subvenciones a la exportación, cuotas de importación. "Esto genera distorsiones de los precios" y de la competencia, subraya Marco Sánchez, economista en la FAO y uno de los autores de este informe, quien fue entrevistado por la AFP. "¡Esto perjudica a la eficacia!", insiste.

Centroamérica se enfrenta constantemente a sequías. El Salvador sufrió su peor crisis en 2018, cuando no llovió por más de 40 días en varias localidades de la región oriental.


Las ayudas presupuestarias a los agricultores, que alcanzan a unos $245,000 millones por año, pueden tener de manera concomitante "un impacto negativo sobre el medioambiente", cuando están vinculadas a determinada producción en concreto o insumos ("ayudas asociadas" o acopladas). Esto puede llevar a una "utilización masiva de productos químicos, a la disminución de los recursos naturales y al desarrollo del monocultivo", advierte Sánchez.

Es muy probable además que estas ayudas perjudiquen al equilibrio nutricional de las poblaciones al fomentar el consumo de alimentos básicos (azúcar, por ejemplo), en detrimento de las frutas y hortalizas, destaca.

Estos tres organismos de la ONU abogan por una gestión en seis etapas para alcanzar una reforma gradual de estos apoyos.

La reorientación de las ayudas deberá hacerse de una manera "transparente", basándose "en las evidencias" y adaptándose a la situación en los distintos países, subraya el informe.

Con el hecho de pasar a apoyos a la agricultura "más respetuosos con la naturaleza, equitativos y eficaces, podemos mejorar los medios de subsistencia y de manera simultánea reducir las emisiones contaminantes, protegiendo a los ecosistemas y reduciendo la utilización de productos agroquímicos", señala Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.