PepsiCo anunció el lunes la adquisición de la compañía de bebidas israelí SodaStream por 3.200 millones de dólares, en un momento en el que el gigante estadounidense afronta una baja en la demanda de bebidas azucaradas en medio de una tendencia creciente de consumo saludable.
La compra de SodaStream, fabricante de máquinas para carbonatar el agua del grifo, responde a una estrategia de diversificación que tanto PepsiCo como su archirival Coca-Cola están llevando adelante, en parte para contrarrestar los impuestos al azúcar que distintos países han introducido para combatir la obesidad.
SodaStream ofrece a los consumidores "la posibilidad de hacer bebidas de gran sabor y al mismo tiempo reducir la producción de residuos", dijo en un comunicado la directora ejecutiva de PepsiCo, Indra Nooyi, que pronto dejará su cargo después de 12 años.
Junto con el atributo de salubridad de su producto respecto de los refrescos tradicionales, las botellas reutilizables de SodaStream son otra fortaleza comercial de la empresa israelí, que promueve la eliminación de los plásticos contaminantes.
Según el acuerdo, PepsiCo pagará 144 dólares por cada acción de la compañía, lo que representa una prima del 11% sobre su precio de cierre del viernes.
Las acciones de SodaStream cotizaban con un alza del 10% a 143,02 dólares en las operaciones previas a la apertura del mercado este lunes. Los papeles de PepsiCo permanecían sin cambios.