En 2021 se mantienen las clases en línea por el covid-19. /DEM

El tiempo perdido en educación podría dejar “una huella profunda” para las futuras generaciones, advirtió el Banco Mundial que estima que la región de América Latina y el Caribe se enfrenta a una crisis que la hará retroceder 10 años en pobreza, empleo y nutrición.


“Si nos fijamos en la cantidad de niños y jóvenes que han tenido que interrumpir totalmente su educación, eso nos preocupa, a mí me preocupa mucho, porque el tiempo de aprendizaje perdido puede dejar una huella muy profunda en el futuro de nuestra próxima generación”, manifestó ayer Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para Latinoamérica y el Caribe al participar en un foro de Forbes.


Miles de niños y jóvenes se vieron obligados a asumir clases en línea desde el año pasado por las restricciones de aglomeración para contener el covid-19, una realidad que se volvió limitante para la población de zonas rurales o de bajos ingresos que dejó de estudiar o redujo sus horas académicas. Una muestra de esto es que para septiembre del 2020 la deserción en instituciones educativas era del 20 % de los alumnos según la Asociación de Colegios Privados de El Salvador (ACPES).


El vicepresidente del Banco Mundial enfatizó que, incluso antes de la pandemia, la región tenía deficiencias en el sistema educativo porque sus resultados en los últimos años “dejan mucho que desear”.


América Latina “llegó mal parada” a la pandemia generada por el covid-19 porque su dinamismo económico de las últimas tres décadas era de los más bajos en el mundo, solo comparado con África, mientras que desde 2012 el ingreso por persona venía creciendo cercano a cero.











América Latina y el Caribe se enfrentan a la peor crisis económica de los últimos 100 años. En el caso salvadoreño, es la peor desde 1980.



¿En qué invertir para la recuperación?


El vocero del multilateral insistió en que los países latinoamericanos no deberían pretender volver a cómo se encontraban antes del brote del covid-19, si no “repensar el futuro” focalizando inversiones en capital humano, mejorar la productividad y cambio climático.


La inversión en capital humano debe ser en salud y educación. Por un lado, explicó Jaramillo, la pandemia dejó en evidencia “las debilidades” del sistema de salud de que no se encontraba preparado para enfrentarse a una enfermedad de esta magnitud, con problemas en el acceso y de calidad de los servicios.



Los empresarios deben liderar y apoyar el repensamiento para el futuro de nuestra región, apoyar las reformas para que nuestras economías sean más dinámicas”.
Carlos Felipe Jaramillo
Vicepresidente del Banco Mundial para Latinoamérica y el Caribe

La inversión para educación debe destinarse no solo a mejorar el sistema, sino en crear modelos de enseñanza para profesionales que respondan a las demandas futuras del mercado.


Los gobiernos también debían alistarse para invertir en mejorar la productividad, desde el lado de acercar los servicios digitales y desarrollar la actividad privada con la reducción de burocracia.