Lanchas en el muelle del puerto de La Libertad el lunes 2 de noviembre, día que se decretó alerto roja por Eta. /José A. Barrera


Los pescadores artesanales e industriales de El Salvador han guardado sus lanchas y barcos a la espera que las condiciones climáticas mejoren por Eta.

El Salvador aún se encuentra en máxima emergencia por la ahora depresión tropical Eta y una de las medidas adoptadas el lunes pasado, cuando se encontraba como un huracán de cuarta categoría, fue suspender las actividades de pescar ante los fuertes vientos.

Javier Jonathan Chicas, presidente de la Cámara Salvadoreña de la Pesca y la Acuicultura (AMPAC), aseguró que el sector de pesca industrial mantiene en los puertos los barcos a la espera que las condiciones climáticas mejores y descartó que hayan ocurrido afectaciones por las lluvias.

“Recibimos indicaciones de las autoridades de ingresar a puerto y hemos estado esperando que levanten la alerta. Realmente no hemos tenido pérdidas físicas porque, a pesar que no ha afectado las costas de nuestro país (Eta), hemos sido precavidos siguiendo las instrucciones de las instituciones”, manifestó.

El mismo panorama se mantiene para el sector de pesca artesanal, confirmó Norberto Romero, presidente de la Confederación Centroamericana de Pescadores Artesanales (Confepesca). El vocero explicó que mantienen las lanchas en suelo desde el lunes y están a la espera que se levante la suspensión.

“Mientras no se quite (la alerta) no se permite ir al mar para evitar riesgos. Esta paralizada la actividad”, indicó Romero que celebra que Eta siga perdiendo fuerza, aunque “persiste la preocupación por la cantidad de agua que pueda bajar a la zona pesquera”.

En cadena nacional, el presidente de la República, Nayib Bukele, se comprometió el martes que el Ejecutivo realizaría transferencias monetarias a los pescadores artesanales que dejaron de trabajar durante la emergencia por Eta.

Un golpe más.


El sector de pesca mantuvo sus actividades durante los meses de confinamiento, sin embargo, no lograron escapar del golpe económico ante la caída de la demanda.

La AMPAC reporta que con el confinamiento la demanda de mariscos cayó entre el 60 % y 70 %, situación que empujo a que los barcos redujeran sus actividades de trabajo del 30 % al 40 %.

La demanda de mariscos se vio afectada por dos canales, explicó. La primera porque las familias comenzaron a reducir su dieta ante la crisis económica y, la segunda, por el cierre de los restaurantes durante el confinamiento.

Con el inicio de la reapertura económica se ha recuperado el consumo, pero el sector aún resiente la caída de los precios. “El pescador entre más producto trae, menos vale. Los comedores y hoteles no abrieron al 100 %, entonces no compran como antes sino que más limitado y eso también influye”, comentó el presidente de Confepesca.