La primera fase del plan de reactivación de la economía cumple hoy 10 días y avanza en medio de un mayor número de casos de Covid-19, el cual alcanzó picos de hasta 182 solo el 21 de junio, cinco días después de la reapertura.
El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal), Jorge Hasbún, advierte que aunque el sector formal está adoptando protocolos existe preocupación por una anticipada reactivación del informal.
El rubro debía activarse hasta la fase tres, pero es creciente el número de personas del sector de autoempleo que está retomando sus actividades ante la falta de ingresos.
“La reapertura se empezó a hacer desordenada. El sector que no aguanto por la cuarentena es el que vive del día a día, nosotros lo venimos diciendo desde hace 15 días que se necesita de una campaña masiva de educación”, sentenció Hasbún. El ejecutivo advirtió que un repunte de casos amenaza con frenar las siguientes fases y castigar a sectores que abren en fases posteriores por un posible retraso.
El Ejecutivo implementó un plan de desconfinamiento de cinco etapas que articuló junto a varios sectores representados en la Mesa de Reactivación Económica, el cual contempla una primera fase de 21 días (que se inició el 16 de junio) y tres de 15 días, mientras que la quinta sería de una apertura total, pero con protocolos.
Esta semana, la ministra de Economía, María Luisa Hayem, dijo, en Diálogo de Canal 21, que ven con preocupación la salida del sector de comerciantes informales. “Entendemos la razón que existe detrás de eso”, argumentó.
Hayem calificó al sector como “punto crítico”, pero también reconoció que aunque el Ejecutivo cuenta con un plan, no tienen las herramientas para regular derechos como la movilidad. Confirmó que el Gobierno trabaja en la elaboración de una campaña intensiva para hacer conciencia y sensibilizar al sector informal el cual debería iniciar operaciones hasta la fase 3, prevista para el 22 de julio.
La ministra Hayem destacó que buscan que el sector de autoempleo tome medidas básicas para protegerse. Uno de los mensajes que buscan difundir es que no solo ellos deben usar una mascarilla (además de gel, distanciamiento social, entre otras), sino que tampoco deberían atender a personas que les soliciten productos y servicios y que no porten mascarillas.
“Todo eso es un proceso de concientización, un trabajo interinstitucional con el Ministerio de Salud, la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype), alcaldías, líderes de los sectores de comerciantes y de la economía informal y en la medida que se implementen estos protocolos, de manera más estricta, vamos a poder reducir el riesgo de contagios en este sector”, puntualizó.
El peso de la informalidad en la economía es relevante, ya que genera siete de cada 10 empleos y tiene un peso similar en cuanto a relación con el Producto Interno Bruto (70 % de la actividad).
Hasbún cree que el sector formal está haciendo todo lo posible para trabajar con menos riesgos y destacó el éxito de las medidas aplicadas por los sectores catalogados como esenciales -que no dejaron de trabajar en la pandemia. como bancos, supermercados y otros negocios que no se convirtieron en focos de contagio.
Ayer, hasta el cierre de esta nota, El Salvador reportaba 5,150 casos de COVID-19 y 119 fallecidos. El primer caso se detectó a mediados de marzo.