Los fondos de inversión son una nueva alternativa en el mercado de valores. / DEM


El primer fondo de inversión abierto logró crecer en $30 millones su capital inicial durante un año de funcionamiento, indicó ayer Patricia de Magaña, gerente general de Servicios Generales Bursátiles.

Este fondo es administrado por la Gestora de Fondos de Inversión SGB. Entró en operaciones en octubre de 2016 con una participación de 65 clientes y un capital inicial de $2 millones. Sin embargo, a la fecha, indicó la gerente, ya tienen $32 millones, $30 millones más que desde su creación.

Adelantó que solicitaron a la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF) la creación de un nuevo fondo de inversión a mediano plazo, que les permitirá inyectar dinero en títulos valores de mayor duración y, por consiguiente, tendrán un rendimiento superior por sus operaciones en el mercado bursátil.

“Le funciona bastante (al usuario) porque se convierte como en una alternativa de inversión puente en lo que pasa a algo más estable. Lo que queremos es que la gente, que tiene el dinero a la vista, tenga después la alternativa con el otro fondo de inversión”, indicó la ejecutiva.

Estos instrumentos financieros se crean en el contexto de la Ley de Fondos de Inversión, aprobada en la Asamblea Legislativa en 2014.

Su marco legal permite a los ahorrantes e inversionistas tener acceso a carteras de inversión colectiva, abiertos o cerrados, y son administrados directamente por una figura gestora.

La ley permite crear fondos de inversión abiertos y cerrados. El primero de éstos no tiene un plazo definido, así que el ingreso o retiro de inversionistas puede ocurrir en cualquier momento, además las participaciones son redimibles directamente por la sociedad administradora.

Mientras tanto, los fondos cerrados sí tienen un plazo definido y el participante puede darle liquidez a sus inversiones a través de operaciones en mercados secundarios. Con éste, se puede invertir en inmuebles.