El puerto de Acajutla, en Sonsonate, está próximo a saturar su límite de movilización de carga y para dotarle una capacidad de transportar contenedores cuatro veces mayor a la actual, requerirá una inversión de hasta $276.3 millones en los próximos 20 años, revela un estudio sobre el desarrollo de infraestructura portuaria en El Salvador.

Este estudio fue elaborado por la empresa coreana DY Engineering, asignada por el Ministerio de Océanos y Pesca de la República de Corea (MOF). La realización del mismo fue una donación a través de un memorando de entendimiento que firmó con la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA).

En la investigación se elaboraron escenarios conservadores, neutrales y optimistas de cómo se podría comportar la demanda en la movilización de contenedores y carga en el puerto de Acajutla y La Unión para los próximos 20 años. Bajo esos supuestos, se creó un plan maestro sobre la infraestructura que se requerirá para atender esos crecimientos.

Dae Jin Kim, director del proyecto, expuso que en el escenario optimista se estima que la demanda en el puerto de Acajutla en 2040 será de 818 contenedores de 1,000 TEUS, cuatro veces más que los 202 que se movilizaron en 2016. En el panorama neutral, agregó, para los próximos 22 años se esperaría atender 779 contenedores y equivaldría a 3.8 veces más que la carga de hace dos años. Sin embargo, si el crecimiento se mantiene conservador, en 2040 la movilización de contenedores en Acajutla rondaría los 724, alrededor de 3.5 veces más que los transportados en 2016.



Infraestructura

El estudio incluyó la elaboración de un plan maestro para el desarrollo de infraestructura en la terminal en el mediano plazo, entre 2020 y 2040, según se cumplan en el tiempo los escenarios de carga transportada en contraste con la capacidad de las instalaciones.

El director del proyecto detalló que la primera etapa sería para 2020 y consiste en operar los muelles en el formato existente. Recomendó considerar la opción de incrementar la cantidad de carga de transporte con la adopción de una grúa móvil.

La segunda etapa, para 2025, consiste en una nueva expansión del muelle, adquirir nuevas grúas adicionales y mejorar el sistema de operación. El estudio señaló que si CEPA decide construir un muelle nuevo, la institución debe asegurar el espacio de almacenamiento en el terreno obtenido en el mar por el relleno.

Mientras tanto, la tercera fase se vislumbra para los próximos años hasta llegar 2040 y buscaría una expansión del muelle acorde al incremento de carga en ese momento. Asimismo, según el estudio, se volvería necesario incorporar una grúa Gentry en el muelle de contenedores.

El experto detalló que si el escenario optimista se cumple, en la primera fase del proyecto se requerirá una inversión arriba de $10.8 millones, en la segunda $147.3 millones y en la tercera $188.1 millones. Al cierre del plan, se podrían ejecutar hasta $276.3 millones, agregó.