Recientemente se realizó la destrucción de 6.3 millones de cigarrillos. /DEM

Las dos tabacaleras de El Salvador, Philip Morris International y British American Tobacco, aseguraron que el incremento en la recaudación del impuesto selectivo al consumo de tabaco responde a mayores controles en el comercio de productos no regulados.


Los datos del Ministerio de Hacienda revelan que los únicos tributos que no muestran contracción son los específicos aplicados a cigarrillos y bebidas alcohólicas.


Pero, esto “no es porque exista un aumento en el consumo sino debido a los excelentes controles que hubo este año por la pandemia y, naturalmente, el mercado consumió productos legales”, aseguró Alejandra Castellanos, gerente general de Asuntos Corporativos de British American Tobacco para Guatemala y El Salvador.


La ejecutiva recordó que el contrabando de cigarrillos representa en El Salvador el 43.3 % del mercado total con una tendencia al crecimiento que por ahora significa el consumo de 350 millones de cigarrillos. El ilícito se traduce en menor ingreso para el fisco estimado en $25 millones de pérdidas anuales, sumó.


En El Salvador, el cigarrillo de contrabando ingresa por puntos fronterizos no controlados con Guatemala. Las marcas no registradas más frecuentes en mercados o tiendas de barrios son Modern (China) y Pine (Corea del Sur). El mayor problema es que estas marcas son ilegales y no pagan impuestos e infringen el orden jurídico aplicable a las empresas legales en El Salvador, sentenció Carlos Guzmán, de Philip Morris El Salvador.


Guzmán aseguró que como “efecto colateral” del dispositivo de los cuerpos de seguridad para regular la circulación de personas por las fronteras también se controlaba el paso de mercancías ilegales.










Los productos de mayor contrabando y que generan más problemas a la Asociación de Distribuidores de El Salvador (ADES) son: cigarrillos, licor, gallinas vivas y pasta dental.