En un comunicado difundido ayer, el instituto señaló que durante el primer semestre de 2019 la recaudación de impuestos en Centroamérica mostró una desaceleración y advirtió que, si la trayectoria continúa, la carga tributaria simple caerá por segundo año consecutivo al 13.7 % del Producto Interno Bruto (PIB) regional.
El tanque de pensamiento vaticina que los países centroamericanos concluyan 2019 con agujeros fiscales, es decir, con diferencia entre la meta de recaudación establecida y los ingresos tributarios proyectados en sus presupuestos nacionales.
De esa manera, prevé que Nicaragua registre una recaudación tributaria inferior en $31.2 millones a lo proyectado y $431.1 millones en Panamá.
Para El Salvador, detalló, los ingresos tributarios totalizarían $4,731.1 millones y representarían un 17.6 % del Producto Interno, $88.2 millones inferiores a los $4,819.3 millones (un 17.9 % del PIB) previstos en el presupuesto general de la nación.
La institución recordó que los presupuestos de los países del Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras) dependen en un 90 % de los recursos que ingresan por impuestos y contribuciones, por lo tanto una reducción en la carga tributaria dificultará la ejecución de las políticas públicas.
Los “efectos inmediatos” se observarán en El Salvador en una disminución del gasto y la inversión pública”, además de “una mayor velocidad de endeudamiento”, señaló el Icefi, pues al obtener menores ingresos un gobierno puede recortar la asignación de un proyecto o solicitar deuda para cubrir la brecha desfinanciada.
En tanto, los datos del Ministerio de Hacienda indican que los ingresos tributarios y contribuciones totalizaron $2,695.3 millones en los primeros seis meses del año, equivalente a $77.8 millones superiores a los $2,617.5 millones registrados en el mismo período en 2018. Esto es un crecimiento del 3 %.
¿Qué provoca la caída?
El instituto explicó en su comunicado que la desaceleración en la recaudación tributaria en la región responde a factores vinculados a la crisis política, pérdida de legitimidad de algunos Gobiernos, así como un menor crecimiento económico y la falta de eficiencia de las administraciones tributarias.
En junio pasado, Ricardo Castaneda, coordinador del Icefi para El Salvador, advertía que la baja en la previsión del crecimiento económico, anunciada por el Banco Central de Reserva (BCR), tendría efectos en los ingresos tributarios por un menor dinamismo en las actividades que tienen mayor impacto en la recolección de impuestos.
El Ministerio de Hacienda ya prevía en el presupuesto de la nación una menor carga tributaria para este 2019 por la eliminación del impuesto sobre las operaciones financieras, una reducción efectiva de $36.5 millones respecto de 2018.