La población salvadoreña ha optado por reducir la compra de comida y buscar otros ingresos, como un segundo empleo, ante la escalada de precios de la canasta básica alimentaria, reveló una encuesta de opinión de la Universidad de El Salvador (UES).

La investigación elaborada por la Facultad de Ciencias Económicas, de la UES, recoge la opinión de 1,100 personas de los 14 departamentos de El Salvador sobre el incremento en el costo de la vida y la canasta alimentaria.

El 2021 se ha caracterizado por una escalada de precios debido al rompimiento de la cadena de suministros a nivel mundial y el alza en los fletes marítimos, que ocasiona que los insumos no solo lleguen más tarde, sino que más caros.

Como resultado, la canasta básica alimentaria (CBA) de noviembre pasado llegó a su valor más alto de los últimos 20 años y se colocó en $214.14 para la zona urbana y $153.20 en la rural, según la Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc).

En la encuesta de la UES, se les preguntó a los salvadoreños qué medidas han tomado para enfrentar el alza de los precios en los últimos seis meses y más del 30 % señaló que ha optado por “renunciar al consumo” de alimentos, productos de limpieza o del hogar.

Al detalle, según la investigación, el 31 % de los salvadoreños dice que compra menos alimentos, mientras que un 38.9 % señaló que redujo los productos de mantenimiento del hogar y un 39.6 % los artículos de belleza.

“Muestra que las familias están sacrificando el consumo de bienes y servicios, lo cual impacta la seguridad alimentaria de las familias”, esto sin considerar que otros servicios como la energía eléctrica, el combustible y el gas propano también ha subido de precio, indicó la UES en su informe.


Trabajan más para poder comprar comida.


“Son pocas las personas que tiene poder adquisitivo para la canasta básica”, matizó la UES en su informe al revelar que el 43 % de los encuestados dijo que tiene ingresos inferiores a los $364.99, es decir, menos que el salario mínimo vigente para el sector comercio.

Esto deriva en que los salvadoreños tienen que buscar ingresos adicionales para cubrir el incremento en el costo de la vida.

De esa manera, el 40 % de los encuestados por la UES señaló que para poder comprar los productos de subsistencia ha optado por realizar actividades adicionales en vista de que los ingresos generados por su principal fuente de empleo son insuficientes para cubrir sus necesidades.

Entre esas actividades adicionales sobresale las ventas de productos distribuidos, ventas ambulantes, participan en torneos con dinero en premio, tienen inversiones financieras, hacen juegos de azar (lotería o apuestas) o dependen de ofrendas en cultos.

Otro 26.7 % de salvadoreños señaló tener un segundo trabajo “debido a que en El Salvador se carece de oportunidades de empleos temporales que demanden de mano de obra para un corto período de horas diarias o semanales”.

 

El dato


En noviembre, los precios subieron más para los tomates, el pan francés, la papa, la cebolla y los huevos de gallina, según la Digestyc. Además, subió el costo de los combustibles.

 

  • ¿Dónde compran?


El 76.45 % realiza la compra de productos que consume en las cadenas de supermercados, aunque un 62 % dijo que prefiere los mercados municipales porque suelen vender a menor costo. Un 34.7 % se queda en tiendas ubicadas cerca de las viviendas.

 

  • ¿Cuánto destinan?


El 76.7 % de los hogares señaló que destinan $250 al mes para adquirir la canasta básica. La mayoría prefiere realizar compras semanales y los pagos con dinero en efectivo y tarjetas de débito son los principales medios que usan los salvadoreños.

 

  • ¿Qué compra más caro?


Para el 39.7 % de los salvadoreños, los bienes y servicios son los rubros que más han subido de precio este año. El 35 % señaló los hoteles y un 15 % la educación. Otro 12.70 % dijo que es más caro realizar actividades de recreación, 33.6 % en transporte, entre otros.