La principal referencia para los inversionistas es el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI), elaborado por la financiera estadounidense J.P. Morgan. Este calcula el rendimiento para un bono emitido por un gobierno, banco o empresa domiciliada en un país emergente frente al valor que tiene un bono estadounidense que se considera “libre de riesgo”.
Este indicador se expresa en puntos básicos y 100 de ellos equivale a un punto porcentual (1 %). Con el inicio del confinamiento, para los mercados emergentes de América Latina se elevó el riesgo país ante la incertidumbre si los gobiernos serían capaces de cumplir sus compromisos de deuda; sin embargo, para El Salvador el EMBI se disparó desde la cota que se observó entre enero y febrero en 500 puntos (5 %) a superar los 1,000 puntos en abril y mayo (10.36 %) debido a los conflictos internos en el ámbito políticos.
Ese alto costo limitó a que el Ministerio de Hacienda saliera a emitir la nueva deuda que le autorizó la Asamblea Legislativa de dos paquetes por un total de $3,000 millones. En su lugar, la institución buscó fondos con multilaterales que, si bien ofrecen recursos a una menor tasa de interés, es un proceso más lento ya que requiere aprobación del pleno legislativo.
En las negociaciones con organismos internacionales se han obtenido compromisos por más de $1,624 millones, dejando una brecha de financiamiento superior a $1,300 que podría cubrirse con una emisión que el Ministerio de Hacienda prepara para estar “listos cuando se presente una ventana de oportunidad”, aseguraba Nelson Fuentes, titular de la institución hacendaria, a inicios de junio.
¿Qué ha pasado?
El EMBI para El Salvador comenzó a mostrar una reducción en su riesgo país a inicios de este mes hasta llegar a 763 puntos el pasado 18 de junio. Por ejemplo, si el Gobierno salvadoreño hubiera decidido emitir bonos en mayo hubiera pagado una tasa de interés superior al 10.36 % pero en los niveles mostrados la semana pasada podría rondar en 7.6 %.
Con el inicio del desconfinamiento de las economías, sobre todo de Estados Unidos, los mercados inversionistas observaron con mayor tranquilidad los países emergentes y eso ha influido en la reducción del riesgo soberano para El Salvador, indicó Rommel Rodríguez, economista de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde).
Al caer el riesgo país se da una mayor certidumbre de pago de deuda y abre la ventana de oportunidad que ha esperado el Ministerio de Hacienda, sumó el economista Luis Membreño. “No sería raro” que el Gobierno salga al mercado internacional en esta condiciones que si bien han mejorado “no son ideales porque es más caro que en febrero”, sostuvo.
“Habría que ver si hay interés por parte de inversionistas”, agregó Rolando Duarte, presidente de la Bolsa de Valores de El Salvador (BVES). Recordó que el riesgo para la región es inferior a El Salvador, pues Guatemala se encuentra en 3.40 %, Honduras a 4.18 %, Panamá a 2.17 %, y Costa Rica a 7.25 %, todos al 18 de junio.