En El Salvador, al menos una de cada cinco micro o pequeñas empresas (mypes) recurre a prestamistas informales o usureros para inyectar recursos a sus negocios, debido a que no cumplen con la mayoría de requisitos exigidos en las instituciones financieras reguladas, reveló un estudio de la Superintendencia de Competencia (SC).

La institución caracterizó el mercado de servicios financieros para las mypes en El Salvador entre el último trimestre de 2016 y el primero de 2017. Esta investigación reveló que al menos una de cada cinco mypes salvadoreñas se ve obligada a buscar financiamiento con prestamistas informales, porque exigen menos requisitos que las instituciones reguladas, indicó ayer Jaime Bairos, coordinador de Estudios e Informes Sectoriales de la SC.

El especialista indicó que entre el 20 y 25 % de las mypes recurre a este mecanismo porque “el crédito es oportuno”, pues se entrega el mismo día en que se solicita, mientras que en las financieras formales se puede tardar hasta una semana, además de las mypes no logran cumplir con los requisitos para ser sujetos de crédito.



Créditos estancados

En el estudio se evaluó el desempeño de la cartera total de préstamos otorgados por las instituciones financieras reguladas de 2011 y 2016, revelando que “se ha estancado el crédito para la mype”, indicó Bairos.

A excepción de 2011, los préstamos asignados al sector mype no han representando más del 14 % de la cartera crediticia total. Ese año, las instituciones financieras acumularon $7,788 millones en préstamos y de esos $1,105 millones fueron para las mypes, el 14.2 % del total.

En 2012, la cartera crediticia total aumentó a $8,579.8 millones y los préstamos a las mypes representaron el 13.44 % con $1,152 millones contratados. En los próximos cuatro años continuó la reducción en la participación de los créditos para mypes dentro de la cartera de préstamos total.

En 2016, indicó Bairos, la cartera crediticia total superó los $10,897 millones, pero de esos solo se entregaron $1,471 millones al segmento mype (13.5 %). De ese cantidad, unos $316 millones se destinaron a las micro empresas y el resto fue para pequeños negocios añadió.



Negocios de subsistencia

Según el estudio de la SC, solo el 6 % del sector mype corresponde a pequeña empresa, mientras que el 94 % es microempresa. Al caracterizar este último segmento, agregó Bairos, el 90 % de los micro negocios son emprendimientos de subsistencia que surgieron por la falta de empleo formal.

“Su característica principal es que sus ingresos son para subsistencia del grupo familiar, es decir, obtener ingresos para comer día a día. No generan rentabilidad y son informales”, manifestó el especialista.

La pequeña empresa, por su parte, surge por emprendimientos de oportunidades o vocación. El 100 % de este sector es formal, es decir, que tiene registro tributario y contable. Además, llegan a invertir hasta $20,000 en un momento determinado.

 

Financiamiento es para capital de trabajo

La mayoría de microempresas busca financiamiento para capital de trabajo e insumos que utilizarían para mantener el negocio, esto sin incluir mejoras en la infraestructura, aseguró Jaime Bairos, de la Superintendencia de Competencia.

“La mayoría es para capital de trabajo, no tanto para ampliación del negocio. Salvo en pequeñas empresas. Es para compra de mercadería y algunas micro para hacer mejoras”, agregó.

Una microempresa puede obtener un crédito en la banca hasta de $1,000, aunque hay cooperativas que incluso prestan $50.

Aseguró que la banca privada y nacional tienen una participación compartida del 50 % en la colocación de créditos al sector mype.