Los acontecimientos políticos de las últimas horas en Venezuela muestran el profundo repudio y descontento contra el régimen de Nicolás Maduro, y cómo la comunidad internacional empieza a desconocer a una dictadura que ha usurpado el poder bajo el amparo de una casta militar corrupta.

Desde la llegada al poder de Hugo Chávez hace 20 años, Venezuela ha visto desmoronarse su institucionalidad democrática, cooptada por un régimen autoritario que violó su propia Constitución, todos los tratados internacionales y ha atropellado las más elementales libertades públicas y los derechos humanos. Además, Chávez y su sucesor, Maduro, han hundido a Venezuela a una miseria sin precedentes, con una hiperinflación insostenible.

Lejos de ser una solución a la compleja crisis del país sudamericano, la proclamación del presidente de la Asamblea, Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela, complica aún más la situación. Hay dos Ejecutivos, dos Asambleas y dos poderes judiciales. Hay además, gran parte de la comunidad internacional desconociendo a Maduro, incluyendo la OEA y la Unión Europea.

Lo fundamental para los venezolanos es recuperar su democracia y sus derechos secuestrados por esa banda político-militar en el Gobierno. La comunidad internacional debe apoyar ese camino.