El juez a cargo del proceso penal contra Joaquín “El Chapo” Guzmán autorizó ayer que el narcotraficante sea sometido a una evaluación psicológica para determinar cómo las condiciones de su reclusión están afectando su estado mental, informó el periódico español El País.
El magistrado Brian Cogan estableció, sin embargo, que no puede haber contacto físico en el examen. La prueba podrá realizarse la semana próxima. Aunque en su última vista oral con sus familares Guzmán se mostró lúcido. La defensa del narcotraficante cree que debe ser sometido a un examen psicológico, porque su estado mental sufrió un “marcado deterioro”.
El abogado, que se estrenaba como su nuevo representante, dice que el acusado tiene problemas con la memoria, sufre de alucinaciones, se siente perseguido, está deprimido y le duele constantemente la cabeza.
“Quiero estar seguro de que está bien”, asegura su abogado Eduardo Balarezo en una carta a Brian Cogan, solicitando que una experta de la Johns Hopkins pueda visitarle para evaluarlo y llegar a un diagnóstico. Atribuye este deterioro mental a las condiciones “extremas” de su reclusión. “Hemos notado que empezó a repetirse con frecuencia y que a veces se olvida de lo que hablamos”, señaló el abogado, “es incapaz de recordar personas, lugares y eventos”. Es más, advierte de que si el deterioro continúa, Guzmán podría llegar a ser declarado incompetente para el juicio.
La defensa y la fiscalía libran desde hace 10 meses una verdadera lucha sobre los términos de su detención.
“El Chapo” está solo en una pequeña celda, “encerrado 23 horas al día, con la luz constantemente prendida, muy frío en este clima, muy caliente en el verano, no le dan agua, no le dan jabón para lavarse, le duele la garganta por el frío, le duele la cabeza constantemente”, detalló el abogado Balarezo.
