Un joven brasileño declarado desaparecido desde el 27 de marzo pasado tras haber dejado 14 libros codificados, así como enigmáticos textos dibujados en las paredes de su cuarto en los que aborda asuntos como alienígenas y experiencias extracorpóreas, regresó hoy a su casa sin dar explicaciones.

El estudiante de psicología Bruno Borges, de 25 años, regresó a casa de sus familiares en Río Branco, la capital del estado amazónico de Acre y próxima a la frontera con Bolivia, tras una aún inexplicada y misteriosa desaparición de cuatros meses y medio que llamó la atención de todo Brasil y movilizó a sus familiares, a la policía brasileña y hasta a la Interpol.

"Informamos a sus seguidores que Bruno Borges volvió y que está bien. Después daremos más informaciones", según el escueto mensaje publicado este viernes en la página en Facebook en que son promocionados sus libros, cuyos derechos fueron adquiridos por una editora y dos de los cuales ya fueron lanzados con números significativos de ventas.

Los familiares del estudiante confirmaron la información a la prensa, pero tan sólo dijeron que Borges reapareció en la mañana de este viernes sin dar explicaciones y que pidió un plazo de una semana para dar detalles de lo ocurrido.

Los familiares dijeron igualmente que el estudiante fue trasladado provisionalmente a otro lugar para evitar los problemas causados por numerosos curiosos que acudieron a su residencia.

"Ya hablé con él por teléfono pero no paraba de llorar. Me pidió perdón y dijo que sintió una vibración y que por eso regresó", afirmó su madre, Denise Borges, que recibió la noticia en la ciudad de Aparecida, a donde acudió para visitar el mayor santuario católico brasileño y rezar por el regreso de su hijo.

El comisario de policía responsable por la investigación sobre la desaparición, Alcino Júnior, dijo que ya entró en contacto con los padres del joven y que lo convocará a dar su testimonio en algunos días para permitirle que esté un tiempo con la familia.

Los investigadores, sin embargo, ya habían anticipado que los correos electrónicos interceptados a amigos del estudiante permitían decir que la desaparición formaba parte de un plan para divulgar sus libros.