La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó anoche en una sesión histórica abrir un “impeachment” en el Senado contra el presidente, Donald Trump, quien se convertirá así en el tercer mandatario del país en hacer frente a un juicio político.
Con 230 votos demócratas a favor, 197 en contra (195 republicanos y dos demócratas) y una única abstención, la de la congresista demócrata Tulsi Gabbard, los cargos presentados en su contra por abuso de poder salieron adelante. Los demócratas que votaron “no” fueron sido Collin Peterson y Jeff Van Drew.
Poco después y tras una segunda votación, la Cámara de Representantes dio luz verde a los cargos de obstrucción al Congreso que ya habían sido previamente aprobados por la Comisión Judicial con 229 votos a favor y 198 en contra. La cámara necesitaba un mínimo de 216 votos para llevar al Senado el juicio político contra Trump.
La congresista, que es candidata a las primarias del Partido Demócrata de cara a las presidenciales previstas para 2020, explicó que su abstención se debe a “problemas de conciencia”.
Maratónica
La sesión fue histórica y transcurrió durante seis horas, en las que la Cámara de Representantes decidió dar el siguiente paso y abrir un juicio político en el Senado que podría acabar con el cese de Trump. De salir adelante sería la primera vez que un presidente republicano es reprobado en el Congreso.
Trump se convierte así en el primer presidente republicano reprobado por la Cámara de Representantes, dado que Richard Nixon (1969-1974) dimitió antes de que el proceso en su contra por el ‘Watergate’ llegara a este punto.
En términos generales, será el tercer presidente en encarar un juicio político en el Senado, después de los demócratas Andrew Johnson (1865-1869) y Bill Clinton (1993-2001), a los que salvó la mayoría oficialista en el Senado.
Durante el juicio político en el Senado, el jefe del Supremo ejercerá de presidente del tribunal que conformarán los propios senadores. Para condenar al presidente, se necesita una mayoría de al menos dos tercios.
Si se compara con un proceso judicial ordinario, la Cámara de Representantes ejerce el papel de juez instructor y fiscal, mientras que el Senado asume el papel de jurado y el presidente del Tribunal Supremo de juez.
El mandatario sabe que, a pesar de este día difícil, el futuro será favorable para él. En enero, el Senado dominado por los republicanos se unirá a su alrededor y seguramente lo declarará inocente.
Y después Trump reaparecerá en campaña, venderá este episodio como una victoria, la prueba irrefutable de que fue víctima de una caza de brujas “sin igual en la historia”.
“Estos son uno hechos muy tristes para nuestro país, pero parecen ser muy buenos para mí políticamente”, resumió, con una sonrisa, a fines de la semana pasada desde el Despacho Oval.
- Los números a favor y en contra de Trump
La Cámara baja, de 435 miembros, aprobó el primer cargo por 230 votos a favor y 197 en contra, en tanto el segundo se adoptó por 229 a 198. Trump enfrentará un juicio en el Senado, donde se necesitan al menos 67 votos para removerlo del cargo. Es poco probable que esto ocurra ya que en la Cámara alta sus aliados republicanos detentan 53 de los 100 escaños.
