Tras un arduo proceso de audiciones, la actriz salvadoreña Emy Mena, de 24 años, originaria de San Miguel y actriz del estudio de actores Sivar Actor’s Studio (SAS) fue seleccionada para protagonizar un rol principal recurrente en nueva serie de Hollywood llamada “Coyote”, de Paramount. En un hecho sin precedentes, la joven compatriota fue elegida en un ‘casting’, en el que también participaron actrices colombianas, mexicanas y norteamericanas. Esta es la historia de cómo con duro trabajo, muchos sueños y una actitud positiva conquistó Hollywood.

¿Cómo iniciaste en esto de la actuación?

Desde que estaba pequeña he estado inmersa en el mundo del arte de una u otra forma. Por medio de poemas en el colegio, participaba en las obras de teatro y todo eso,pero no fue hasta que estaba en primer año de bachillerato general en el Colegio Champagnat y que presentaron “Escondites”, una obra en la que actuaba Alejandra Nolasco, que lo decidí. Cuando yo la vi a ella, yo dije: “eso quiero”. Para mí ha sido la epifanía de mi vida.

Es que como que lo sentí aquí (tocándose el pecho). No lo puedo explicar... Yo terminé de ver esa obra y estaba llorando. No sabía cómo, no sabía dónde, sólo sabía que quería eso. Sentía raro decirlo.

 

¿Por qué sentías raro decirlo?, ¿Por tus papás o amigos?

Por la gente en general, para ellos es raro. La gente siempre dice es más conveniente estudiar medicina, ingeniería, pero quién dice actuación, ¿verdad? Y en El Salvador menos. Pero era algo que yo tenía acá adentro.

 

Y luego, ¿Qué pasó?

Salí del colegio. Estuve estudiando psicología porque no había ninguna carrera de ninguna universidad sobre actuación. Al terminar mi primer ciclo de psicología, abrieron un técnico en Artes Dramáticas. Ahí mismo, me cambié de un solo. Cuando estudiaba psicología, ya había hecho mi primera audición. Fue para la obra de teatro “La canción de nuestros días”, que dirigió Alejandra Nolasco y Jorge Ávalos. Y a partir de eso las cosas fueron fluyendo.

Pude estar en películas de aquí, de El Salvador, como “El suspiro del silencio”. En obras de teatro como “Romeo y Julieta”, “La canción de nuestros días” y otras.

 

¿Cómo llegás a Sivar Actor´s Studio, SAS?

En el año 2018, escuchando la radio, oigo a alguien que contaba “Ah sí, es que soy actriz...he hecho mi carrera en Canadá…” y pensé: ¿quién será ella? Y mencionó que en Sivar Actor´s Studio iba a haber una ‘masterclass’ con Mackenzie Gray (Actor canadiense) y yo me quedé como: “¿what?”

Justo me habían quitado las cordales y había decidido no ir, pero aquí adentro, yo sentía que estaba cometiendo un error al no ir. Luego a último minuto lo reconsideré y me apunté.

A partir de ese momento como que en mí cambió todo, porque aquí en SAS aprendí a aceptarme a mí misma, aprendí a entender quién soy y que, por cómo soy puedo contar historias. No tengo que cambiarme, no tengo que pretender ser alguien que no soy, sino que esta es mi verdad.

 

¿Cómo fue el salto de hacer teatro a hacer cine?

El tema fue entender la diferencia de actuar frente a la cámara y actuar para teatro, porque en el teatro yo tengo que actuar y hacer que hasta última persona que está allá me escuche y reciba la energía. En el cine, es algo de más contenido. Un gesto grande puede arruinarlo todo. Si una escena no sale bien, hay que volverla a hacer y volverla a hacer...y siempre tener la misma energía. Eso lo aprendí aquí en SAS, cómo trabajar con eso. Además, que yo tengo unos grandes ojos y en la cámara se ven como dos grandes chibolas, entonces tengo que controlar todo esto también.

 

¿Cómo se dio la oportunidad que trabajaras en esta serie de Pararamount, “Coyotes”?

La oportunidad llegó porque Paola Gutiérrez, quién es una manager de Colombia, se contacta aquí a El Salvador y con Vanesa Tomasino (Sivar Actor´s Studio), hacen las audiciones para esta serie. En ese entonces, yo no tenía ni idea de qué se trataba. Solo sabía que era para un show grande. Hicimos la audición seis chicas de SAS y luego nos hicieron “callback” a dos. Ese “callback” fue durísimo. Era en vivo y por Skype con todas las personas que estaban involucradas en el proyecto. Yo solamente contesté la llamada y vi a un montón de personas…

 

Que intimidante…

Bastante...Y solamente me preguntaron mi nombre, cuánto medía y fue “action” y yo me preguntaba: “¿ya tengo que empezar?”. Hicimos la audición, yo estaba súper nerviosa y ya después como que se me había olvidado todo porque estaba metida en un montón de proyectos. Éramos dos salvadoreñas trabajando para una audición de Estados Unidos.

 

Y luego…

Ya después como que pasó el tiempo, estábamos trabajando y yo estaba súper estresada porque tenía que aprender un texto para el día siguiente, tenía que entregar unos papeles, tenía que ir al banco...un montón de cosas y me llama Vanesa y me dijo: “Hola, mirá Emy, necesito que nos reunamos para hablar de unos proyectos”. Lo único que se me ocurrió fue de decirle que nos viéramos después de ir al banco. Cuando llegué al café en el que me citó me dice: “Mirá vamos a grabar un “Slate”. Un “Slate” es un video donde decís tu nombre, tu estatura y de dónde sos. Yo le comenté que al menos buscáramos una pared blanca y ella me dijo que no, que ese fondo le gustaba. Ella comenzó a grabar y a preguntarme cosas sobre qué había hecho ayer, qué iba a hacer mañana y en eso me dice “Emy, te voy a contar algo, ahora en la llamada recibí una llamada que te dieron el rol de la serie…”

Yo no podía creerlo. Empecé a llorar y yo, así como: “¿en serio?”. No te puedo explicar lo que sentí en ese momento, fue...No lograba procesarlo, no entendía todo era demasiado grande.

 

¿Cómo hiciste con los otros proyectos que ya tenías?

Fue durísimo porque la noticia la recibí hoy- un 10 de noviembre- y me tenía que ir en una semana y media, el 19 de ese mes. Pensaba: “Qué chivo que esto me está pasando, pero y ahora ¿cómo resuelvo?” porque claro, tenía que buscar personas que me pudieran reemplazar en el papel que yo iba a representar en la obra del Proyecto Dionisio que se llama “Piropo”. No era como que solo irme y ahí vean lo que hacen, porque somos un equipo. Lo bueno fue que el grupo ha sido muy asertivo y de mucho apoyo para mí.

 

Y con tu familia, ¿Cómo fue la historia?

¡Ay, mi familia feliz! Cuando pasó esto yo no podía decir nada a nadie hasta que Paramount sacara la noticia. Entonces mi familia quería contarle a todo mundo. Ellos súper felices porque el tema de soñar, de apasionarme por esto que me gusta, es una semilla que sembraron mi papá y mi mamá. Es una cosa que desarrollaron y fomentaron desde siempre.

 

Entonces partiste el 19 de noviembre del año pasado…

Sí y regresé el 21 de diciembre, del año pasado. Volví a volar en enero, por dos semanas, en febrero cuatro días. Regresaré a grabar en marzo y no sé por cuánto tiempo más.

 



 

¿Ahorita cuántos capítulos has grabado?

He grabado tres capítulos. No me dicen en cuánto más voy a estar.

Todo fue muy rápido…

Y lo más chistoso es que cuando yo llego a México y comienzo a grabar veo a toda la gente...yo no conocía a nadie, yo solo sabía que iba a México a trabajar en una serie, hasta ahí. No sabía nada más. Yo decía “¡Púchica! ojalá no sea algo de trata de personas, o algo así”. Entonces, cuando llego, al día siguiente me escribe Vane: “Mirá, Emy, el protagonista es Michael Chiklis, quién ha salido en “The Shield” y en “Los Cuatro Fantásticos” y la directora es Michelle MacLaren, quien ha dirigido “The Walking Dead”, “Breaking Bad” y “Games of Thrones”. Eso fue como bomba, tras bomba, tras bomba.

 

¿Qué pasó cuando comenzaste a grabar?

Fue un proceso muy intenso. Cuando yo iba tenía un poco de temor, todavía no sabía si era verdad o era mentira, yo no me la creía todavía. Cuando llegué también no sabía si iban a ser racistas y me iban a ver de menos. Si me iban a discriminar por ser mujer, por ser salvadoreña, por no tener esa trayectoria que los otros tienen. Está ese miedo y me llevé la sorpresa de que todas las personas con las que me relacioné allá han sido 100, grandes seres humanos.

El primer día se me acercó la directora Michelle MacLaren: “Hola, yo soy Michelle, mucho gusto”. Y luego también se me acercó Michael Chikils. A él lo siento como mi papá, allá. Desde que nos vimos la primera vez me dijo “Emy, que gran actriz sos, te felicito, me gustó tu audición, quedamos impresionados”. Yo empecé a llorar en esos momentos.

Cuando iba entrando a los estudios no podía creer lo que estaba pasando. Ese mismo día conocí a Juan Pablo Raba. Yo sentía en la panza unos nervios mientras me vestía en mi tráiler… Ahh bueno, conocí que es tener un tráiler y fue como: “Tengo un tráiler, ok”.

 

¿Solo para vos?

Ajá y decía cabal el nombre de mi personaje...

 

¿Cómo hiciste para manejar los nervios?

Justo antes de que Michelle comenzara a decir “ok, action”, Michael se levantó dónde estaba y fue a abrazar a cada uno de los actores y actrices. Cuando me abrazó me dijo “Emy, felicidades. Felicidades porque estás aquí. Sos una gran actriz, lo vas a hacer bien y disfrútalo. En ese momento todos los nervios se me fueron. Como que me sentí segura, me sentí que estaba ahí por una razón y que podía hacerlo. Ya después de eso las cosas fluyeron. He aprendido un montón.

Michael, ha sido súper lindo conmigo de escucharme, de hablarme. Le decía “Michael, no entiendo esto y me explicaba”, hablamos de la vida y todo eso, eso también me facilitó un montón el poder desarrollarme.

 

¿Cuánto tiempo te dan para preparar tus líneas por capítulo?

Tuve la suerte que me dieron el guión al llegar. Justo antes de llegar ya había leído, ya me había aprendido mis textos y todo. Aunque a veces hacen cambios en las líneas o cosas así. Uno debe de estar preparado al cambio o a lo que pídela la directora, porque una puede interpretar las cosas de una forma pero la directora tiene otra visión y una tiene que adaptarse a eso y no aferrarse a lo que una había pensado antes, ahí va jugando con todo lo que he aprendido.