Sin vacuna no hay samba: al menos cinco de las principales escuelas de samba de Rio de Janeiro quieren posponer el carnaval de 2021 hasta que haya una vacuna contra el nuevo coronavirus, según reportes de prensa.
Las agrupaciones, que empiezan a preparar sus fastuosos desfiles con varios meses de anticipación, se reunirán este martes para discutir alternativas, informó el periódico O Globo, que cita a representantes de las 'escolas' que defienden que la fiesta se posponga por tiempo indeterminado.
"Es simple: si la vacuna llega [a tiempo], habrá samba. ¿Cómo vamos a lidiar con la multitud sin inmunidad colectiva?", dijo al periódico Renatinho Gomes, presidente de Sao Clemente.
Mangueira, Imperatriz Leopoldinense, Vila Isabel y Beija-Flor también quieren posponer los desfiles, previstos originalmente para el 14 y 15 de febrero, según O Globo.
Con alrededor de 3.000 integrantes cada una, las escuelas de samba despliegan cada año en el Sambódromo de Rio un lujoso espectáculo repleto de brillo, música y alegría contagiante, que atrae miles de turistas -brasileños y extranjeros- y genera importantes ingresos para la economía local.
"Sin vacuna es inviable realizar el carnaval en cualquier fecha, sea en febrero o en junio", considera el presidente de Vila Isabel, Fernando Fernandes.
"El carnaval es un evento de aglomeraciones, desde la producción hasta la puesta en escena en el Sambódromo. ¿Cómo sería [si el virus todavía estuviera circulando]? ¿Los integrantes mantendrían una distancia de dos metros? ¿Cantarían con mascarilla?", cuestiona Fernandes.
El estado de Rio de Janeiro, con más de 17 millones de habitantes, es uno de los más afectados por la covid-19 en Brasil.
Desde el inicio de la pandemia, acumula más de 11.400 muertos y 132.000 contagios de la enfermedad, que en todo Brasil se ha cobrado 72.833 vidas y ha contagiado a casi 1,9 millones de personas.
En los últimos días, sin embargo, el ritmo de contagios y de muertes en Rio dio señales de desaceleración.
Al menos dos proyectos de vacuna se están probando en Brasil, con miles de voluntarios. En caso de que alguno se demuestre efectivo, el país tendrá la capacidad de producir millones de dosis.
En el escenario más optimista, la vacuna podría ser aprobada a fines de este año y comenzar a ser distribuida solo a principios de 2021.