Es el primer poeta de El Salvador que aparece tras la independencia. Nacido en una hacienda cercana a la actual ciudad de San Miguel, fue educado en Guatemala en cursos de latín, matemáticas y filosofía.

Aunque, tuvo que abandonar sus estudios cuando sus padres fallecieron. Tras el duelo, Álvarez Castro terminó por encontrar consuelo en sus libros.

Álvarez Castro fue un discípulo de Francisco Morazán y llegó a convertirse en su ministro de relaciones exteriores. Además, su don de la oratoria, lo que le sirvió para alzar la voz en las cámaras representativas de la época en favor de los derechos y libertades de los pueblos.Solía tocar su guitarra y cantar en sus tiempos libres.

Según Guirnalda SAlvadoreña, las luchas políticas de la época se reflejan en su poesía, sobre todo en su oda “Al ciudadano José del Valle” y en su elegía “A la muerte del coronel Pierzon”, quien fue un amigo suyo mandado a asesinar por los conservadores.

Se conserva hasta la fecha el escrito dirigido a del Valle, caracterizado por el uso clásico de la métrica.

El filólogo y escritor español Marcelino Menéndez Pelayo destacó en una oportunidad sobre Álvarez Castro: “El catálogo, pues, de los poetas que florecieron después de la emancipación de la colonia, se abre con el salvadoreño D. Miguel Álvarez Castro y el nicaragüense D. Francisco Quiñónez Suncín. Pocas poesías hemos visto de uno y de otro, pero bastan para filiarlos en la escuela literaria del s. XVIII y para conjetuar que no se levantaron de la medianía dentro de ella. Uno y otro parecen haber imitado la dulce melodía de Arriza, cuya influencia fue grande en América durante cierto periodo”.

Tenía un don para la oratoria. Esto surge como reflexión del hecho que el autor había dejado una gran cantidad de poemas escritos, pero no se conservan.
En el libro “Guirnalda salvadoreña, el autor Román Mayorga Rivas establece: “Nuestras pesquisas para encontrar otro poeta que haya florecido Antes que Álvarez Castro han sido vanas e infructuosas y es el único que se nos ha presentado iniciando el derrotero que más tarde siguieron otros predilectos hijos del Apolo”.
Aunque se enamoró fervientemente de una mujer, murió soltero y además de eso con tuberculosis. Sumado a ello, nunca se supo dónde terminó enterrado su cuerpo.

Al par de los robustos


Árboles corpulentos,


O del cedro que altivo se levanta,


No es dado a los arbustos


Formar altos intentos;


Y al par de la dulcísima garganta


Con el jilguero canta


La débil avecilla


Teme soltar su voz, teme y se humilla.


En cuanto “A la muerte de Pierzon”


el texto conservado expresa:


¡Oh día infausto! miserable día!


Huye, ¡oh momento pesaroso! y raudo


Vuela a ocultarte al tenebroso seno


Que abre al Leteo en su profundo espacio;


Huye y ya no más soledosos sitios,


Tomen a ver tus refulges rayos,


Do el depotismo la inocente sangre


Audaz regara con infame mano.


 


El primer artista gráfico de El Salvador: Juan Francisco Wenceslao


Juan Francisco Wenceslao Cisneros fue el primer pintor nacido en San Salvador en 1823 y murió en 1878 en La Habana. Su padre, quien era un criollo, lo envió a estudiar a Europa

Fue un hombre convencido de un don nato para el dibujo y la pintura y ya consagrado como artista tuvo influencia parisina como en el retrato de Madame Gerard (una burguesa).

Contrajo una enfermedad en una embarcación de Europa a México, por complicaciones de salud no llegó hasta el país, teniendo que quedarse en La Habana, donde se quedaría hasta su muerte.

Por ello, la mayoría de sus obras se conservan en Cuba, y según el libro de historia del Banco Agrícola, una copia de la Transfiguración, de Rafael está en el templo de la Concepción, en Santa Tecla.