Hay papeles que acompañan y abrazan a sus actores toda la vida y Carrie Fisher, que falleció ayer, por la mañana, a los 60 años en Los Ángeles tras sufrir un infarto hace cuatro días en un avión, quedará en la memoria de los cinéfilos para siempre como la inolvidable y galáctica princesa Leia de “Star Wars”.

Su valentía y bravura en defensa de las fuerzas rebeldes contra el malvado Imperio, su característico peinado de rodetes y su apasionado romance con Han Solo (Harrison Ford) fueron los puntos más destacados de la princesa Leia, un papel que lanzó a la fama estelar a Carrie Fisher y del que, a la larga, nunca podría escapar.

La intérprete, que había retomado su carismático rol en el exitoso relanzamiento de la saga con “Star Wars: The Force Awakens” (2015) y cuya participación en “Star Wars: Episodio VIII” (2017) estaba confirmada, había presentado recientemente “The Princess Diarist”, un libro en el que relataba su experiencia y diversas curiosidades y secretos acerca del rodaje de “Star Wars”.

Carrie Fisher nació el 21 de octubre en Beverly Hills (EE.UU.) con la sangre del espectáculo corriendo por sus venas ya que era hija del cantante Eddie Fisher y la actriz Debbie Reynolds.

Su debut en el cine llegó de la mano de Warren Beatty, que durante mucho tiempo tuvo entre ceja y ceja el proyecto de la película “Shampoo”. Finalmente la acabaría dirigiendo Hal Ashby y se estrenó en 1975 con Beatty y Julie Christie como protagonistas y Fisher en un rol secundario.

Por aquellos años, el joven cineasta George Lucas, que había adquirido prestigio por el buen rendimiento de “American Graffiti” (1973), trataba de sacar adelante un ambicioso filme de ciencia-ficción en el que casi nadie de la industria de Hollywood confiaba.

Para el papel de la princesa Leia, que sería el único rol femenino con verdadero peso en la trilogía original de “Star Wars”, sonaron los nombres de Amy Irving o Jodie Foster, pero fue Carrie Fisher quien finalmente se metería en el set de rodaje junto a Mark Hamill (Luke Skywalker) y Harrison Ford (Han Solo).

Contra todo pronóstico, “Star Wars: A New Hope (1977)” arrasó en la taquilla y se convirtió en un tremendo fenómeno de fans, al mismo tiempo que en una imparable máquina de hacer dinero no solo por las películas sino también con la venta de merchandising.

Según el portal especializado Box Office Mojo, este filme está en el puesto número dos de la lista ajustada a la inflación de películas más taquilleras de la historia, con 1.534 millones de dólares de recaudación, sólo por detrás de “Gone with the Wind” (1939), con 1.740 millones.

Fisher regresó al universo de “Star Wars” en “The Empire Strikes Back” (1980) y “Return of the Jedi” (1983), sus años de mayor esplendor pero también, como desvelaría tiempo después, una época en la que comenzaron sus problemas con el alcohol y las drogas que le llevarían a recibir tratamiento por adicciones.

Tras “Star Wars”, la popularidad de Fisher cayó progresivamente, entonces la actriz dio un giro a su trayectoria y comenzó su labor como escritora.

Fisher estuvo casada fugazmente en los años 80 con el cantante Paul Simon. Posteriormente tuvo una relación con el representante Bryan Lourd, fruto de la cual nació su hija Billie Lourd, que también es actriz.