Ricky fue el encargado de mostrar la casa y contar detalles de cada espacio, indicando que su lugar favorito era la cocina y que en el cuarto es donde "empiezan los sueños y se hacen realidad".
La pareja abrió las puertas de su hogar, para compartirla con el resto del mundo en la edición del mes de febrero de la revista Architectural Digest. Se trata de una mansión de 3000 metros cuadrados, valuada en 13,5 millones de dólares, y ubicada en el barrio de Beverly Hills.
La pareja decidió construir en el hogar espacios para que ambos puedan trabajar cómodos: en lo que era originalmente un estudio de yoga, Yosef puso su taller artístico. Allí mismo, en una habitación en desuso, Martin planea hacer un estudio de grabación.
