¿Alguna vez te has sentido único en el universo y que sólo tú eres el centro de su realidad? Pues si es así, ¿qué hay si te dijera que existen más como tú en dimensiones alternas que coexisten en diferentes espacios y tiempos?

“Spider-Man: Un nuevo universo”, es la nueva apuesta cinematográfica que trae Sony Pictures junto a Marvel Entertainment de narrar como la vida de Miles Morales, un chico de 16 años y de origen medio puertorriqueño y medio afroamericano, se transforma al ser picado por una araña radioactiva similar a la que originó al Hombre Araña, otorgándole súper poderes arácnidos.

Bajo esta premisa y con un tono cómico e hilarante vemos cómo nace el “nuevo hombre araña” con un manto de tendencia hispano-americano, que se verá en la necesidad de aprender a cómo utilizar sus habilidades para derrotar a su enemigo “Kingpin”, para que éste no logre abrir un agujero de tiempo y espacio que destruya la realidad que se conoce hoy en día.

Ante este panorama, las realidades convergen de manera catastrófica al traer a la dimensión actual a múltiples hombres arañas que existen a lo largo del tiempo, tal como Spiderman Noir, una versión alternativa oscura y monocromática de Peter Parker de un universo de los años 30; Spiderwoman, en la que Gwen Stacy tiene poderes arácnidos; Spider Ham, una versión caricaturesca en la que un cerdo tiene poderes de araña; y Kimi Parker, una joven japonesa de un universo similar al anime que copilota un traje biomecánico con una araña radioactiva con la que comparte un enlace telepático.

A estos cuatro personajes se le suman dos Spiderman contemporáneos, uno que nos muestra el vigor de luchar contra el mal y las vicisitudes que debe de afrontar para poder llenar las mallas del traje; mientras que la otra nos enfoca un hombre araña desgastado y destruido por la vida, que si bien su intención es buena aún, se cuestiona si su vida fuera diferente si no llevase la carga de “un gran poder que lleva consigo una gran responsabilidad”.

Estas historias colapsan en una poco amigable película para niños, ya que las personalidades, habilidades e historias de cada ser, pese a que se parecen en ciertos rasgos, no logran conectar de forma inmediata. Si bien es explicado someramente sus orígenes en el filme, demanda a buscar cual es la motivación de la existencia de cada uno de ellos, para su tiempo y espacio, a favor de legitimarlos en su realidad.

Sin embargo, la constante que levantan estos múltiples personajes, es la determinación que cada uno asume para vivir la realidad que le fue asignada y cómo el personaje de Miles Morales nos representa a cada uno de nosotros en el descubrimiento de esas habilidades y retos que se nos presentan en la vida, ante la sórdida penumbra de las inseguridades que nos golpean.

El filme deja una introspección bastante profunda que permite levantar el imaginario de los “yo” en el tiempo. Aquellos “yo” que coexisten y construyen nuestra personalidad y que permiten redimir las dudas existenciales que nos forjamos en nuestro crecimiento personal. Así como aquellas dudas que quisiéramos aclarar para poder determinar un camino “acertado” en busca de lo que deseamos de nosotros a través del tiempo, sirviendo como una “autopalmadita” de que todo estará bien.

Por otra parte, en sus aspectos técnicos, la animación utilizada en esta película recuerda bastante a la de 2001 en “la nueva serie animada de Spiderman” que tenía la cadena de Music Television (MTV). No obstante, su trazo nos hace transportarnos a las páginas de los cómics, a la de las caricaturas de los 60´s, y al anime, dentro de las realidades que presenta mostrando una forma peculiar de retratar lo interesante del universo de donde precede.

A ello se le suma su banda sonora que apunta más una recreación de las etnias afrodescendientes americanas que propiamente a las de origen latino, con ritmos del hip hop y el rap, un estilo más urbano de Estados Unidos, aunque no le llega a los pies a la utilizada en Black Panther; en su aceptación de superhéroes que reivindiquen a la raza de color.

“Spiderman into the Spiderverse” sirve como un buen anzuelo a ver más allá del clásico Spiderman que nos han introducido en los últimos 20 años con la misma historia repetitiva, arriesgándose a presentarnos diversos orígenes que atrapan y que muchos ignorábamos. Su historia, pretenciosa en esencia, la vuelve en una de las mejores que se han hecho del Hombre Araña, desde la segunda parte que nos dio Sam Raimi, en 2004, teniendo a Tobey Maguire como protagonista.

La complejidad manejada a nivel estructural es bastante admirable y logra su cometido, en escenas que permiten reflexionar e incluso burlarse de sí misma, pero con un propósito más realista, tal como intentó la película de “Teen Titans” de Warner Bros y DC Comics en julio de 2018. No obstante, los jóvenes titanes no logran hacer ese clic que permite llevarla al siguiente nivel, más allá de las situaciones cómicas que la atestan, a diferencia de como esta película de Spiderman lo ha conseguido y que le ha valido ser la mejor película del año en los premios Golden Globe, es de esperar que dice el Oscar.