Una vista de Freiburg, Alemania, donde reside la salvadoreña./ Vanessa Morán


La salvadoreña Vanessa Morán tuvo que pasar por una cuarentena voluntaria preventiva debido a que una persona cercana enfermó y temieron que era coronavirus.

Esta joven de 24 años, originaria de Santa Tecla, lleva seis años viviendo en Alemania y tuvo la mala suerte que el inicio de la pandemia coincidió con su mudanza a Freiburg, cerca de Hamburgo y a unos cinco horas de Berlín donde residía previamente.

“A mí el coronavirus particularmente sí me ha afectado mucho, porque yo me mudé a esta ciudad dos días antes de la cuarentena, en esta región y pues mis cosas en Berlín quedaron varadas, entonces en todo este tiempo no las he podido ir a traer porque hay demasiado control policial y uno no puede estar viajando tanto dentro del país y, si uno no cumple estas reglas, pues, obviamente será sancionado o pagaría una multa de entre 50 y 2000 euros”, explica Vanessa.

Las medidas han sido bastante estrictas en Alemania pero hace dos semanas empezaron a relajarse y uno puede salir mas frecuentemente.

“Pero siempre tiene que estar con protección, con mascarilla por ejemplo en el transporte público, en el supermercado”, dice Vanessa.

“También se debe guardar distancia de entre 1.5 a 2 metros y pues, particularmente la gente si está acatando las normas”, explica.

Y aunque ella no ha tenido contacto directo con alguna persona contagiada, la enfermedad de un conocido la obligó a una cuarentena voluntaria.

“Tuve que estar de dos a tres semanas voluntariamente en una cuarentena porque tuvimos un conocido que tenía riesgo de tener coronavirus, entonces nosotros tuvimos demasiado contacto con él, o sea mis compañeros de piso y yo”, relata.



Esta persona sí estuvo enfermo y nadie sabía si era coronavirus o qué. Era el tiempo cuando había caos en los hospitales y no se podía atender a tanta gente, al final fue falsa alarma, pero las precacuciones estaban tomadas.

“Con la regulación y todas las acciones que han tomado acá los gobiernos federales en Alemania se ha reducido la ola de contagiados y también como las medidas médicas en los hospitales se ha podido conllevar todo este proceso y no ha explotado el sistema de salud”, afirma Vanessa.

En este tiempo, los controles policiales siguen omnipresentes y sigue obligatorio el uso de mascarillas, dispensadores con desinfectante también para las manos. Tampoco se permiten eventos grandes como partidos de futbol, festivales o conciertos, hasta el 31 de agosto.

“Las fronteras todavía siguen cerradas, no podemos viajar, solo dentro del país, pero es recomendable no hacerlo mucho”, dice Vanessa, quien recomienda seguir todas las recomendaciones preventivas.