Un parque de Laval, un suburbio de Montreal, en la provincia de Quebec, Canadá, donde la gente se ejercita mientras guarda la distancia. / Ramón Martínez


La pandemia del coronavirus tiene muchas similitudes pero también muchas diferencias en todas partes del mundo. Por esa razón hemos entrevistado a salvadoreños y extranjeros que están en diversas partes del planeta para que nos narren cómo ha sido su experiencia enfrentando la pandemia.

A ramón martínez, la pandemia lo agarró de vacaciones en El Salvador y tuvo que regresar repentinamente el 15 de marzo ante el inminente cierre del aeropuerto aquí.

Al llegar, lo mandaron 14 días a cuarentena domiciliar, pero hizo 21 y le pagaron su salario durante esas tres semanas.

“El gobierno está dando mucha ayuda, si usted trabajo el año pasado y ganó mínimo $5,000 y ha perdido su trabajo a causa del virus les han dado $2,000 por mes, de subvención”, explica Martínez.

“Hay muchos compañeros que no están trabajando y les están pagando. Económicamente, aquí la gente no está mal”, agrega.

Lo que sí ha cambiado para Ramón, de 52 años, la rutina ya que pasan encerrados la mayor parte del tiempo.

“Uno no puede ir a visitar a nadie, podemos circular, pero no podemos visitar a nadie, tenemos que andar a dos metros de distancia de la gente, a menos que usted sea de la misma familia, podemos andar dos, tres o cuatro en el carro y no hay problema”, explica, el problema es “si lo agarran en la casa de un vecino o en la casa de una amistad o de un familiar que no sea su casa, es una multa de $1,500”.

“ Aquí nos duele más que nos toquen el bolsillo que a la muerte”, dice Ramón, quien lleva 40 años viviendo en el país del norte.

Todo el comercio pequeño está cerrado, solo están abiertas cadenas grandes. Los restaurantes están cerrados, solo para llevar; peluquerías, cines y discotecas están cerradas.

“Cuando va a una tienda de esa tiene que guardar dos metros de distancia, así que hay colas en las entradas de las tiendas. Uno se desanima para ir a comprar las cosas”, afirma.

El uso de las mascarillas no es obligatorio para circular por las calles aunque Ramón debe usarlas en su trabaj o, donde se la proporcionan, además de guantes y alcohol gel.

El transporte urbano, buses y metro, sigue funcionando pero la gente entra por detrás.

“Uno se va acostumbrando a guardar la distancia”, dice.

El transporte aéreo sigue cerrado.

En cuanto al virus, Ramón ha conocido una persona que se contagió y está en cuarentena, otro que trabaja en hospitales y otro amigo mecánico, que dio positivo porque la esposa trabaja en un hospital.

“Mi cuñado trabaja en un hospital está contaminado, hizo 14 días de cuarentena y sigue contaminado, pero eso lo ha podido saber porque, gracias a Dios, tiene que hacerse exámenes hasta que salga negativo, tienen que ser dos exámenes negativos. Ya lleva un mes enfermo, no está grave, en cambio el mecánico que le digo sí entró un día y medio a cuidados intensivos con problemas de respiración. Mi cuñado solo perdió el gusto, el olfato; ahora los únicos síntomas que tienen son dolor de cabeza y la fiebre no es mucha, pero está encerrado todavía”, relata.

En todo Canadá se han detectado 72,200 contagios por Covid-19, de los cuales se han recuperado 34,927. Pero ha habido 5,301 fallecidos.

Solo en la provincia de Quebec, donde vive Martínez, se han confirmado 39,931 casos, con 3,220 fallecidos. Ha habido 10,470 personas recuperadas.

“En la provincia de Quebec, somos 7 millones de habitantes acá, hay bastantes casos en región de Montreal y bastantes en la región donde vivimos, de Laval. Hay una colonia que es la más tocada, se llama Montreal Norte, dicen las noticias que es porque es una colonia pobre, pero no, salió un artículo que es porque hay muchos migrantes y toda esa gente es la que trabaja en hospitales, como auxiliares, no como enfermeros”, explica.

“Tenemos días que se están muriendo 95 y han llegado hasta 120 por día, aquí en Quebec. Son un montón los contagiados y los que entran a cuidados intensivos”, se lamenta.

Eso ha provocado el retraso en la reapertura de las escuelas, que ha sido pospuesto hasta el 25 de mayo.

“El año escolar termina el 23 de junio. Está perdido. A parte de eso, no todos los papás quieren mandar a los hijos, es opcional”, dice.