La vida cotidiana continúa en Suecia a pesar de la pandemia. / Marlon Hernández


Suecia se ha hecho famosa porque no tomó ninguna medida de restricción ante la pandemia del coronavirus pero para el salvadoreño Marlon Hernández, aunque aparentemente la sociedad entera sigue normal, su vida cotidiana ya empezó a ser afectada por el cierre de la empresa donde laboraba.

“A comparación de muchos países acá no se han tomado medidas extremas, para algunos suecos parecerá que la vida sigue normal pero hay una cantidad grande de personas sin empleo, muchas empresas han cerrado o reducido sus labores a medio tiempo”, explica Hernández, periodista de profesión, de 37 años. Es el caso del área hotelera, restaurantes y almacenes.

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Marlon vio entonces cerrada la empresa donde trabaja desde hace dos meses: “las oportunidades de trabajo son mínimas y la oficina de empleo está saturada”.

“El gobierno sueco apela a la conciencia social, cada persona es responsable de su salud y deben poner en práctica las recomendaciones de las autoridades”, explica Hernández quien lleva dos años y medio viviendo en el país escandinavo.

Marlon Hernández.


Aunque no hay medidas restrictivas, Marlon solo sale de casa solo para ir a trabajar -cuando hay trabajo- no van a reuniones ni a eventos culturales porque no se permite el máximo de 50 personas, hay poca gente en las calles principales, tampoco se puede recibir visita o visitar amigos por medidas propias de seguridad.

Ellos también aplican el distanciamiento social como una de las medidas principales. Recomiendan no visitar casas de ancianos, a nivel de educación las escuelas están cerradas desde la secundaria hasta las universidades y trabajan por medio de clases en línea, lavarse las manos por 30 segundos, no se permiten reuniones de más de 50 personas, las mesas de los restaurantes tienen cierta distancia, los cines, teatros y estadios deportivos están cerrados, la mayoría de personas hace trabajo online y en los autobuses se sube por las puertas de atrás para que los conductores no se contaminen.

Todos los salvadoreños que Marlon conoce en Suecia están bien de salud.

“El único problema que está afectando, no solo a los salvadoreños, es el desempleo que sigue creciendo rápidamente”, se queja Marlon.

El salvadoreño se atreve a juzgar aún si las medidas aplicadas en Suecia tienen éxito o no.

“Es difícil responder esto porque la pandemia aún no termina y las cifras son grandes hasta la fecha 26,322 personas están infectadas y 3,225 muertas”, explica.

Hernández explica las tesis que circulan en Suecia. De un lado, el epidemiólogo sueco Anders Tegnell, apela a la inmunidad colectiva. El profesor de matemáticas sueco, Tom Britton, dijo en una entrevista que se puede lograr la inmunidad del rebaño si el 40% de una población se infecta, según un nuevo modelo. Anteriormente, se estimaba que el 60 % de una población necesita infectarse antes de obtener la inmunidad de rebaño. Si el nuevo modelo es correcto, podría significar que Estocolmo alcanzaría la inmunidad colectiva a mediados de junio, según Britton. Anders Tegnell dice que es muy posible que este sea el caso. La Autoridad de Salud Pública está llevando a cabo un estudio que se completará la próxima semana.

Mientras tanto, Marlon Hernández recomienda que “la responsabilidad individual es un factor muy importante para que las medidas tomadas por un gobierno funcionen”.

Hernández le pide a sus compatriotas en El Salvador “que sigan las recomendaciones de las autoridades encargadas de salud. Es vital mantener informada a la población con fuentes oficiales para evitar caos colectivos y que las personas sepan cómo está evolucionando la epidemia”.

 

Una vista de una calle en Estocolmo, Suecia, la tarde del domingo. / Marlon Hernández