Sentado, mientras le lustran los zapatos, el exministro de salud Guillemo Maza reflexiona sobre los seis años que ha durado el proceso judicial del caso RHESSA, donde fue acusado de estafar al Estado, por $5,142,096.57. Dice que para él fue un orgullo haber sido ministro de Salud y haber hecho muchas cosas buenas. Cree que la entidad que dirigió no tenía porqué construir hospitales, “eso se lo hubieran dejado a Obras Públicas”.

“Yo no espero un reconocimiento, pero tampoco esperaba que por una cosa fortuita, como la reconstrucción de hospitales que ya no estaba en manos mías sino de otras personas, hoy estuvo pasando todo esto”, dijo ayer en el Centro Judicial Isidro Menéndez, después de ser notificado de la suspensión de la lectura de su resolución, en el juzgado primero de instrucción.

Se pone de pie y entrega un dólar en las manos del lustrador, mientras dice a los medios que para él es un error que lo consideren culpable, sólo por ser el ministro, en aquel momento.

“Hacer creer que por el hecho de ser ministro es el culpable porque algo salió mal. No es así la cosa. Es diferente estar allá dentro, que verlo de fuera”, reflexiona.

Los seis años que Maza dice le han causado un daño psicológico y le han dañado su carreta nunca pasaron por su mente.

“Jamás me imaginé que iba a estar metido en este lío durante tanto tiempo, (por) cosas que otras personas hicieron y que a mí me echan la culpa solo porque era el ministro”, dice.

El juzgado primero de instrucción reprogramó la lectura de la resolución para el 20 de febrero. Decidirán si pasa a juicio o es absuelto.

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