El expresidente Saca junto a su esposa Ana Ligia y su hijo Gerardo, durante la boda de éste último la noche del sábado.


Una boda de ensueño el sábado por la noche se vio interrumpida por la presencia de cuerpos policiales que buscaban hacer efectivas varias órdenes de captura solicitadas por la Fiscalía General de la República.

En el interior de la fiesta, en una lujosa casa de eventos en Antiguo Cuscatlán, los trajes elegantes y los brindis por los novios eran la tónica del evento. Se celebraba la boda de Gerardo Saca Mixco, el hijo mayor del expresidente Elías Antonio Saca González con su novia, Mónica Castillo.

La boda se desarrolló con la alegría y entusiasmo propio de estas fiestas. Se vio a Saca de buen ánimo, con su característica de ameno conversador. Durante la fiesta, él y su esposa bailaron alegremente sobre la pista, sin ningún signo de preocupación y dedicaron tiempo a sus invitados, tomándose fotografías mesa por mesa.

Saca mismo hizo el brindis principal de la noche, vestido de un elegante smoking. Su esposa Ana Ligia lucía un elegante vestido rojo.

Entre los invitados figuraban varios exfuncionarios del gobierno de Saca, ejecutivos de sus emisoras, empresarios, muchos personajes que estuvieron muy cercanos al exmandatario durante su Gobierno y algunos invitados que vinieron expresamente desde el extranjero.

Repentinamente, a eso de la una de la madrugada, los bailes, las fotografías y los brindis fueron interrumpidos por un intento de las autoridades de capturar al exmandatario, pero los policías no podían ingresar a la casa de eventos por ser propiedad privada.

Varias patrullas policiales -incluidas algunas de la DECO- con agentes que cubrían sus rostros con pasamontañas, rodearon todas las salidas de la casa de eventos y el operativo era visible desde la calle con una inusual agitación para la hora en esta zona usualmente tranquila de Antiguo Cuscatlán.

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Saca y su esposa en la pista de baile. Al exmandatario se le vio despreocupado en la fiesta.


“Captura negociada”

Un antiguo colaborador de Saca y un abogado cercano al exgobernante habrían salido a conversar con los agentes que intentaban ejecutar la orden de captura para que no se convirtiera en un escándalo dentro de la misma celebración.

Precisamente en la fiesta nadie parecía enterarse hasta que la familia Saca Mixco y la pareja recién casada, empezaron a dar muestras de preocupación.

La conmoción fue generalizada y se escuchaba a la familia llorar debido a los acontecimientos.

“En algún momento no dejaban entrar a los (policías) encapuchados y no dejaban salir a nadie de la fiesta”, relató una invitada del evento.

“La familia (Saca) estaba sumamente afectada”, agregó la invitada.

Después de una media hora de conversaciones, Saca y dos de sus más cercanos colaboradores durante su Gobierno, César Funes y Julio Rank, también fueron arrestados, ante la sorpresa de los invitados al matrimonio.

Tanto Funes como Rank estaban sentados en mesas durante la boda, aparentemente sin tener la más mínima sospecha o señal que serían arrestados.

Luego los invitados empezaron a salir silenciosamente, con algunas patrullas policiales todavía en los alrededores del lugar.

Según fuentes policiales, la captura intentó hacerse previamente al salir de la boda religiosa -celebrada por el obispo castrense Fabio Colindres la noche del sábado - en una iglesia católica de la urbanización Santa Elena, pero malas coordinaciones de última hora impidieron el operativo que finalmente sucedió por la madrugada del domingo. La Fiscalía General responsabilizó en su cuenta Twitter a la PNC por la ejecución de la captura.