Por segundo año consecutivo, las aguas del Lago de Coatepeque se tornaron color turquesa, un fenómeno que según las autoridades responde a la combinación de varios factores, como la proliferación de microalgas y el cambio climático.

El Lago de Coatepeque se formó como resultado de una gran explosión volcánica entre 57,000-72,000 a. C., pero no fue hasta hace 35 años, en 1982, que el fenómeno de la coloración comenzó a suscitarse.

María Alicia Medina, comerciante de 69 años que reside en Coatepeque desde su nacimiento, afirma que el lago cambia su coloración al menos cada ocho años, pero que los últimos cuatro años se ha mantenido haciéndolo de forma más periódica.

Narrando que desde muy pequeña se ha dedicado al comercio en la zona, ha comprobado cómo el este fenómeno resulta atractivo para los turistas salvadoreños. “Como en la zona no hay mucho trabajo, aquí la gente vive del turismo, de los viajes a la isla, del jet ski... y si ellos hacen viajes, nosotros vendemos”, añadió.

Las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Marn), establecieron en septiembre del año pasado, última vez en que se avistó esta coloración, que ésta es producida por microalgas de las especies Microcystis aeruginosa y Oscillatoria sp. En ese entonces, pidieron a los comerciantes de la zona abstenerse del uso de la misma al comprobarse que estas algas son tóxicas.

Los resultados apuntaron a que una combinación de factores provoca el fenómeno: la sobrepoblación de este tipo de algas; pero una mayor producción de dióxido de carbono, el aumento en el uso de agroquímicos y la sobrecarga de nutrientes en tierras agrícolas también afectarían al lago caldera.

José Antonio Chávez, comerciante de la zona que se dedica al alquiler de jetskis, uno de los principales atractivos deportivos en la zona, afirmó que otra de las razones que los residentes atribuyen el atractivo fenómeno, es la concentración de azufre en el lago a causa del Volcán de Santa Ana. “Pero es totalmente seguro bañarse en él. Solo es por el proceso de descalificación del volcán”, explicó.

Por su parte, Adal Arévalo, mesero de uno de los restaurantes del sitio turístico, afirmó que en este momento el lago a penas “comienza a cambiar de color”, y se esperaría que, como en años anteriores, la coloración de prolongue por al menos una semana.

Un equipo de la Red de Observadores Locales Ambientales (ROLA) del Marn se desplazó ayer por la tarde a la zona para tomar nuevas muestras que determinen la seguridad en el consumo de la misma. Se espera además la llegada de autoridades del Marn para evaluar la toxicidad del agua.