Ante las medidas extraordinarias que el gobierno comenzó a implementar en marzo del año pasado, la Mara Salvatrucha reaccionó con la ejecución de tres planes, según lo captó el Centro de Intervenciones a las Telecomunicaciones de la Fiscalía General de la República, en una conversación del 24 de marzo de 2016, donde escucharon que Marvin Ramos Quintanilla, alias, “Piwa” le dice a varios cabecillas recluidos en los penales, que ellos son una pandilla millonaria con recursos ilimitados para comprar armas y ejecutar cualquier acción contra el gobierno.

En el “meeting” (reunión) realizado en esa fecha entre tres ranfleros de La Federación (cabecillas libres) se enlazaron vía teléfono con los seis ranfleros recluidos en los penales de Izalco y Ciudad Barrios, uno de los cabecillas presos dijo que tenían que pensar cómo familia y reforzarse económicamente para “pararle el pelo” (intimidar) al Gobierno.

En respuesta a ese comentario, otro de los ranfleros expresó que tenían la economía, pero repartida en clicas y programas; entonces “Piwa” manifestó que si esos ingresos los entregaran una vez al año o cada seis meses, los recursos fueran ilimitados y fue a partir de esa reunión que se acordó reunir $1 millón para comprar armas y formar lo que ellos denominaron “Escuadrones de la muerte” para atacar y tomarse territorios.

Ese acuerdo fue expandido entre las 249 clicas distribuidas en 48 programas, y 18 días después, específicamente el 11 de abril, la Mara Salvatrucha ya había reunido $600,082.2, ese fue el informe que los cabecillas dieron y que se escuchó en una llamada realizada a las 2:55 de la tarde de ese día.

La estructura quería demostrar al Gobierno su poderío y para hacerlo debían adquirir armas de grueso calibre, como M-16, AK-47, granadas, lanza granadas y lanza cohetes; ellos hablaban de bajar “mosquitos”, es decir, helicópteros.

Dijeron que ese armamento sería distribuido a las diferentes clicas con el fin de contrarrestar los ataques de la Policía y que los precios ya sondeados en Honduras, Guatemala y México rondaban en los $2 mil y $3 mil. Edwin Rodríguez, alias “Renuente de abriles”, dijo que “había una “onda grande” que valía $40 mil, refiriéndose a un lanza granadas.

Previo a esa reunión, Pedro Antonio Segovia Chávez, alias “Payaso”, quien es otro de los cabecillas de la MS, había dicho con el dinero obtenido había que ir a los países vecinos para comprar “20 animales” (fusiles) y bazucas que pudieran derribar helicópteros porque el Gobierno así los tenía, refiriéndose a las medidas extraordinarias implementadas en los penales.

El 15 de abril de 2016, el Centro de Intervenciones a las Telecomunicaciones escuchó a eso de las 3:14 p.m. una conversación cuando “Piwa” le dijo a Leonel Alexander González Leonardo, alias “Necio”, que “Pedro ya tenía como tres días de andar allá” (Guatemala y México).

Entonces, “Necio” le informó que en la frontera les estaban ofreciendo M-16 y AK-47, pero se los vendían de dos en dos y no en manojada (lote), por lo que “Piwa” le respondió que no, porque en México podrían agarrar diez o 20 fusiles de una sola vez y que ya le habían mandado fotos, que por cada uno pedían $1,200.

Con la adquisición de todo ese armamento, el 22 de junio de 2016, la Fiscalía grabó una conversación entre “El Renuente de abriles” y otro sujeto no identificado, en la cual confirmaban que ya había iniciado el entrenamiento de los “escuadrones de la muerte”, manifestándole que los diez primeros que llegarían no eran corredores (jefe de cada programa) sino, artilleros que habían pedido por cada clica; de esa forma comenzó la coordinación para adiestrar en armas y técnicas de combate a la MS.

 

Fechas clave



24/03/2016

Pandilleros en libertad y recluidos en penales conversan vía teléfono sobre un documento infiltrado o sobre las medidas extraordinarias.

 

22/06/2016

La MS comenzó el adiestramiento de sus miembros en técnicas de combate y uso de armas, para enfrentar a la Policía.