La vida cotidiana ha dado un giro de 180 grados para los residentes en la ciudad italiana de Milán, el hogar de unos 40 mil salvadoreños. La metrópoli del norte de Italia se ha convertido en el epicentro del primer gran brote de coronavirus en Europa.
La bulliciosa y concurrida Milán lucía vacía desde ayer y los estantes en los supermercados carecían ya de alimentos básicos.
“Fui al supermercado para ver si compraba alguna de las cosas para la semana, digamos de tenerlas aparte por cualquier emergencia, los estantes están solos, no había mercadería. No había nada en los supermercados”, relata Patricia Ortiz, una salvadoreña originaria de Sonsonate con ocho años viviendo en Italia.
Ortiz atribuye la escasez de alimentos “a un poco de psicosis”: “La gente corre y desabastece y pues creo que hasta aquí, yo lo catalogo como un poco de preocupación, un poco de nerviosismo, psicosis, pero esperamos en esta semana superar esta situación”.
Al menos seis muertos han sido confirmados a causa del coronavirus y se han identificado casi 200 casos en la región de Lombardía, donde se detectó como foco principal la localidad de Codogno, a 60 km de Milán.
“Ningún salvadoreño, hasta ahora está infectado que se sepa, gracias a Dios y pues seguimos adelante con esta semana de trabajo”, dice Ortiz.
Al menos 40 mil salvadoreños viven en el área metropolitana de Milán, la ciudad más grande del norte de Italia.
Roxana Mangandi, otra salvadoreña con 12 años de residir en Italia, explica que la presencia de salvadoreños es alta en Milán.
“Estamos preocupados aunque por ahorita no se han confirmado casos de contagio”, dice Mangandi.
Para esta salvadoreña originaria de Santa Tecla, el problema del coronavirus es preocupante para los salvadoreños no solo por la salud sino también en el ámbito económico.
“Hay muchos salvadoreños que trabajan con documentos y contrato laboral, en estos casos no hay problema porque el gobierno tutela y tienen el sueldo asegurado, pero la situación es completamente diferente para las personas indocumentadas que son pagadas por las horas efectivamente trabajadas”, explica.
Como todos los habitantes de Milán, los salvadoreños han visto suspendidas las clases, las manifestaciones, eventos públicos y deportivos. Además se recomienda no ir al cine ni a centros comerciales.
En Roma, a casi 600 kilómetros de Milán, la vida transcurre con un poco más de normalidad.
Jorge Viale, un joven salvadoreño que vive en Roma, intentó ir el fin de semana a Milán. Fue imposible.
“En ciertas zonas cerca a Milán hay bloqueos totales y multas por entrar o salir de las zonas en cuarentena”, relata Jorge.
“Las noticias dicen que estamos en crisis y que hay que evitar todo contacto con los demás porque seguramente hay muchos más contagiados que todavía no se diagnostican y quieren evitar que se siga esparciendo”, agrega Viale, quien lleva dos años en Italia.
“Nos ha cambiado la vida porque han cancelado la mayoría de actividades normales”, subraya el salvadoreño.