En una parada de buses en la zona sur de Managua, muy pocos usan mascarillas. / Luis Manuel Rodríguez


A diferencia de Costa Rica, Nicaragua es una bomba de tiempo. El regimen de Daniel Ortega solo reconoce 25 casos y ocho fallecidos por coronavirus pero a diario los medios de comunicación, las redes sociales y un Observatorio Ciudadano, revelan docenas de casos y muertes por la pandemia.

En su último informe, el independiente Observatorio Ciudadano elevó a 233 muertos y a 1270 los casos sospechosos de covid-19 en Nicaragua. Imágenes de entierros nocturnos han sido publicados extensamente por todo el país.

“Estamos viviendo con mucha incertidumbre, no tenemos información real de lo que pasa en el país. Hay muchos contagios y muertes, pero las autoridades solo reportan 25 casos y 8 fallecidos”, se queja el ciudadano nicaragüense Luis Manuel Rodríguez, gerente de una empresa farmacéutica.

Sin embargo, las autoridades nicaragüenses no han impuesto ninguna restricción ni cuarentena.

“Las autoridades del país no han puesto ninguna medida, ninguna. Todo lo contrario, se ha promovido la actividad de eventos masivos como partidos de futbol, beisbol y boxeo. En Semana Santa conciertos en las playas. Y en lo político, marchas de los simpatizantes del gobierno”, dice Rodríguez.



Todavía la semana pasada, las autoridades convocaban a celebraciones y bailes en fiestas patronales en ciudades donde se reportaban docenas de afectados por el virus.

“La prevención y cuarentena que tenemos ha sido por iniciativa propia de los ciudadanos conscientes del problema que tenemos con la pandemia”, agrega.

Nada se ha paralizado, las calles siguen llenas de vehículos y personas. Se ven muy pocas personas con mascarillas y el transporte pública funciona como si nada sucediera. Para ocultar información, el gobierno ha ordenado que en las actas de defunción se atribuya la muerte por Covid-19 a “infartos” o “neumonía atípica”.

Luis Manuel Rodríguez dice que los nicaragüenses viven en una incertidumbre total.


La Organización Panamericana de la Salud ha criticado al regimen de Managua por no tomar medidas de prevención.

Los hospitales y cementerios están rodeados de policías y paramilitares armados, según reportan medios de comunicación independientes. Sin embargo, el regimen sigue en negación absoluta de la realidad y ha insistido en que todo el mundo está equivocado en asumir medidas de confinamiento.

Rodríguez se declara “nada satisfecho” de cómo el gobierno nicaragüense ha reaccionado ante la pandemia.

“No estoy nada satisfecho, han hecho lo contrario a toda indicación de los organismos internacionales de la salud. No hay respeto por la vida humana”, subraya.

Para Rodríguez, “muchas lecciones se pueden sacar de aquí y la más importante es, dejar que políticos manejen asuntos de salud; es lo más estúpido”.

“Anteponer los intereses partidarios y económicos es un crimen contra el pueblo. Es la desgracia que estamos viviendo en este momento”, afirma Rodríguez, de 52 años y quien tiene un familiar enfermo de Covid-19, así como varias personas conocidas.

 

Auto aislamiento

Muchos nicaragüenses han aplicado el auto aislamiento y el distancimiento social, siguiendo los estándares internacionales y siguiendo indicaciones de los gobiernos de Costa Rica o El Salvador.

“El distanciamiento de la familia y amigos ha afectado a todos, estamos en autoaislamiento. Sin visitas y sin salidas que no sean esenciales”, dice Rodríguez.

Luis Manuel lleva ya tres meses sin ver a mis padres que son muy mayores.

“Me ha afectado en el trabajo, porque estoy desde la casa sin poder visitar a clientes y con una disminución de la actividad comercial”, afirma.